Entre 2021 y 2022 la economía colombiana demostró una capacidad admirable para recuperarse. Una vez pasó el encierro de la pandemia, el consumo de las personas fue tan vigoroso, que los más de cinco millones de empleos perdidos en la crisis retornaron a un ritmo que ni los más optimistas tenían en las cuentas.
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De hecho, en octubre, la tasa de desempleo bajó a un solo dígito y, según los reportes que ha entregado la consultora Raddar, el gasto de los hogares estuvo impulsado porque los ingresos aumentaron gracias a los salarios de todos aquellos que lograron conseguir un trabajo.
Este año la historia será otra: la economía –que iba para arriba como cohete– perderá potencia. Y en gran medida, es culpa de ese costo de vida desbordado que están enfrentando los colombianos desde 2021.
La ecuación es muy clara: los elevados precios que están afrontando las familias provocarán que mermen las compras de diversos productos y, si hay menos gente comprando, las fábricas no necesitarán producir más ni contratar mano de obra.
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De hecho, en el escenario menos favorable, los economistas creen que, si no se controla la inflación, inclusive podría materializarse el peor miedo: los despidos.
Contra las cuerdas
Camilo Herrera, director de Raddar, recientemente comentó que la inflación total del 2022 pudo ser más alta. Esto teniendo en cuenta que los costos para producir bienes crecieron más de 24%, mientras que los precios al consumidor incrementaron 13,1%.
“Claro, hay productos que han subido 40%, 50% y más. Pero el grueso de los sectores industriales en Colombia hicieron un sacrificio durante el año 2022 para no transmitir el aumento en el costo de la producción a la inflación”, comentó el economista.
Desde el sector privado, varios empresarios confirmaron que optaron por bajar el margen de las ganancias con el ánimo de no subir los precios.
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No obstante, uno de ellos dijo que ya están “reventados” y, como la inflación se sentirá con más fuerza en los primeros meses de este 2023, no cree que pueda abrir nuevos puestos de trabajo.
Francisco Sierra, presidente de la junta directiva de Incolmotos (ensambladora de Yamaha) coincidió en que los altos costos para producir bienes dificultarían que este año puedan generarse más empleos: “Es totalmente cierto. Especialmente para las pequeñas y medianas empresas”.
Los analistas de JP Morgan, uno de los bancos más fuertes de EE. UU., ya habían estimado que las contrataciones llegaron a su pico el año pasado y la tasa de desempleo no se moverá positivamente.
Hay otro problema
En esa misma línea, el centro de pensamiento Anif pronosticó que la desaceleración económica que vendrá, sumada a otros factores, “frenarán la reducción del desempleo e incluso se verán algunos aumentos, sobre todo en aquellos meses que históricamente son de alto desempleo (enero, febrero y julio)”.
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Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, estuvo de acuerdo en que la desaceleración económica que vendrá por culpa del alto costo de vida será el verdadero problema: “Más allá de la inflación, que es un problema que tiene impacto para el bolsillo de los hogares, lo que puede generar un deterioro del mercado laboral tiene que ver más con el crecimiento económico, que este año va a estar bastante por debajo de lo que ocurrió el año pasado. Estimamos que la economía va a crecer 1,5%, por debajo del crecimiento potencial”.
“Eso seguramente limitará esa capacidad de generar empleo durante este 2023. En ese sentido, se espera que este año no tengamos una dinámica tan favorable en términos de mercado laboral. Así las cosas, otro reto importantísimo, más allá del control de la inflación, es justamente la implementación de medidas públicas que puedan aumentar la generación de empleo a lo largo de este 2023”, puntualizó.
Una mirada optimista
Diego Taborda es el dueño y fundador de Profumigar, una pequeña empresa dedicada al control de plagas para cultivos que genera 10 empleos. En su caso, reconoce que 2022 fue un año duro por el elevado precio de los insumos, pero este año tiene una preocupación adicional: la reducción de la jornada laboral.
Pese a estos obstáculos comentó que, obligatoriamente, los colaboradores tendrán que ser más productivos para cumplir con los contratos durante los nuevos horarios trazados por la ley y cree que, aunque hay dificultades como la inflación, el mercado terminará ajustándose. De hecho, está buscando una persona más para añadirla a la nómina.
Fuente: El Colombiano
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