La Alta Consejería para la Competitividad de Norte de Santander participó la semana pasada de un intercambio de experiencias con actores claves para el fomento del empleo y auto empleo de jóvenes rurales de Meta y Caquetá.
Allí, el Ministerio de Trabajo, con las delegaciones, evaluó los avances que se han logrado en cada departamento y estableció compromisos para desarrollar el plan de acción en 2019.
Norte de Santander tiene los retos de intercambiar los emprendimientos con los jóvenes de Meta, convocar a los líderes para que sean multiplicadores y organizar un encuentro con nuevos actores de transferencia de conocimiento.
Sandra Sepúlveda, alta consejera para la Competitividad, explicó que, a partir de la caracterización socioeconómica aplicada en 2017, 311 jóvenes de Norte de Santander, la gran mayoría, no quiere salir del campo y necesita un mayor apoyo por parte del Estado en temas de emprendimiento, negocios y capacitaciones.
“Ellos sienten que hay mucha discriminación para el joven campesino y que no hay oportunidades ni beneficios financieros. Muchos de ellos se quieren quedar porque aman el campo, pero no quieren vivir en las condiciones de miseria y pobreza que viven sus padres”, dijo.
A partir de esto, en marzo de este año se inició un plan de acción con la Secretaría de Desarrollo Social departamental, el Ministerio del Trabajo, la Agencia de Cooperación Alemana GIZ y el Observatorio Regional de Mercado de Trabajo (Ormet), que concluyó en noviembre con una feria de servicios.
“Se ha fortalecido la capacidad de asistencia técnica a esta población. La idea es que desde nuevas iniciativas propias, ellos puedan aprovechar toda la parte de labores desde cada una de sus localidades”, comentó Lady Morales, secretaria de Desarrollo Social.
En 2019 se espera desarrollar un diplomado para jóvenes, con el apoyo de las universidades de la región, continuar las ferias de servicios para que los jóvenes conozcan la oferta institucional de entidades bancarias y del Estado y vincular a empresas privadas.
