Los primeros resultados del  Indicador de Monitoreo de la Actividad Económica (IMAE) muestran que la actividad económica tiene ciclos cortos de crecimiento.

Según las estimaciones, la economía de Norte de Santander creció en 2017 por debajo del promedio histórico (4,4%) y con tendencia a la desaceleración. 

Se estima que la economía creció el año pasado 0,8%, con una variación negativa de 0,09 % en el cuarto trimestre de 2017.

Para el primer trimestre de 2018, el IMAE estima una tasa de crecimiento de 0,6% en comparación con igual trimestre del año anterior.

El indicador incluye 11 variables acompañadas de flechas verdes y rojas que indican si mejoraron o no su comportamiento frente al año anterior.

En 2017, siete de las once variables se mantuvieron en verde: cartera neta, tráfico en peajes, personal ocupado en comercio, importaciones, exportaciones, palma e ISE. Sin embargo, dos de los indicadores que tienen mayor influencia en la medición trimestral evidenciaron crecimientos negativos: producción de carbón y personal ocupado).

Por otra parte, el primer trimestre del 2018 evidenció cambios positivos de tendencia en varios indicadores claves.

En este periodo, tres indicadores cambiaron favorablemente de signo en su tasa de crecimiento interanual (ajustada por estacionalidad y de valores atípicos). 

Según los investigadores, una noticia muy positiva para la economía departamental es que en el primer trimestre, el 66% de los indicadores presentaron crecimientos positivos. 

No obstante, un indicador importante como el personal ocupado en comercio cambió a rojo con signo negativo. 

El peso de cada variable ofrece un resultado que, sin todavía ser concluyente, sugiere que la economía ya tocó fondo en su proceso de desaceleración y ahora comienza a recuperarse.