Las mujeres rurales garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades y con su trabajo favorecen la agricultura sostenible, esta fue una de las conclusiones de la coalición de cinco organizaciones defensoras de las políticas de género, llamada Women2030, las cuales buscan impulsan programas para aplicar los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización de Naciones Unidas (Onu) en los próximos doce años.

Según datos de las Naciones Unidas, las mujeres rurales suponen más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola.

Buenos Aires albergó  a principios de octubre una reunión del llamado Women 20, grupo que busca aumentar la participación de la mujer en la economía mundial.

En los debates, en los que participaron cientos de mujeres de diferentes países, se acordó un documento que propone impulsar el acceso de la mujer rural a la educación, la salud, los servicios legales y de inversión en infraestructura para el desarrollo rural.

Situación que el director general de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el brasileño José Graziano da Silva, resumió como “las mujeres rurales contribuyen de manera significativa a la seguridad alimentaria y a la nutrición. Lamentablemente, ellas todavía tiene que afrontar el acceso limitado a la tierra, el agua, el crédito, la tecnología y al conocimiento”.

En un informe la FAO llamó la atención sobre el fenómeno de la migración entre el campo y la ciudad, impulsada por la desigualdad de oportunidades de empleo y sugiere que se ofrezcan oportunidades a los jóvenes rurales, para evitar el despoblamiento. 

La despoblación rural tiene como efecto un cambio del modelo económico, que genera consecuencias en el cambio climático por el crecimiento de industrias no siempre sostenibles.