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Palmicultores trabajan por un cultivo sostenible

Uno de los retos que tienen los productores es certificar sus cultivos.

Una cruzada en defensa del cultivo de la palma africana y las buenas prácticas ambientales, adelantó el grupo empresarial Oleoflores y un grupo de productores de Norte de Santander, que se reunieron en el primer ‘Foro para el desarrollo del Catatumbo, impactos de la palma de aceite en la región’.

Uno de los principales objetivos del encuentro era tratar las problemáticas de las que se culpan a los cultivos de palma en los diferentes lugares del país y del mundo, como los de secar los suelos y acabar con el agua y la fauna.

Ivonne Cadena Rayo, inspectora agrícola de Oleoflores, manifestó que hay una gran desinformación y muchos de los señalamientos que se hacen al sector están basados en experiencias de algunos países como Malasia e Indonesia, en donde, efectivamente, la siembra desproporcionada de la palma generó serios impactos ambientales. “Desconociendo así los procesos productivos de Colombia”.

Hoy, para evitar cualquier impacto ambiental y garantizar la sostenibilidad palmera, uno de los retos que tienen los productores es certificar sus cultivos bajo la reglamentación internacional RSPO, un requisito cada vez más común para que el aceite de palma pueda ser comercializado en el mercado internacional.

José Pardo, director de alianzas de la Extractora Catatumbo, resaltó que en este punto ya se están dando pasos y una muestra de ello es que 310 productores terminaron con éxito el proceso de certificación internacional.

Precisamente, durante el foro, se reconoció que, cuando inició la producción de palma en el Catatumbo en 2004, algunos productores no tenían el conocimiento necesario para tener un cultivo amigable con el ambiente y, en algunos casos, esto los llevó a sembrar cerca de los afluentes hídricos, talar bosques y usar excesivamente maquinaria en el campo.

Aníbal Pérez, uno de los primeros productores de palma del Catatumbo, destacó que hoy, con el conocimiento adquirido, hay cosas que no volvería hacer: tumbar árboles para sembrar.

Por eso, la idea de los palmicultores “es crecer, pero de forma sostenible y articulada con las diferentes instituciones encaminadas con el desarrollo del municipio y la zona del Catatumbo (…) Seguir todos los criterios ambientales de la RSPO para evitar todos esos inconvenientes”, dijo Pardo.

Como parte de ese compromiso ambiental, Oleoflores destacó la recuperación ambiental de 1.000 hectáreas.

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Viernes, 25 de Mayo de 2018
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