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Paralización económica alcanza a 85% de la industria y 70% del comercio

Ante el prolongado cierre de los puentes, las trochas se han convertido en elemento dinamizador del aparato comercial venezolano.

En Táchira, como en el resto de Venezuela, de cada 100 negocios solo 30 permanecen abiertos, en medio de la profunda crisis económica que agobia al país. Un breve recorrido por el centro de San Cristóbal o las zonas de frontera con Norte de Santander, deja en evidencia esta situación.

Pietro Ceníccola, presidente de la Asociación de Comerciantes del Táchira, apela a las cifras del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios para confirmar que la paralización del sector comercial alcanza al 70%, mientras que en la industria este impacto asciende hasta 85% y se agudiza hacia la zona de frontera.

Afirma que las dificultades de acceso a materia prima, la vulnerabilidad financiera, las trabas burocráticas, la pérdida del poder de asociación, con puentes y fronteras cerradas, falta de transporte y combustible, fallas en los suministros y una nula activación de las variables productivas, impiden que el aparato productivo venezolano funcione.

“Las inversiones en negocios han caído producto de la situación y agravada por la pandemia, ocasionando pérdidas enormes a los inversionistas que ya no pueden rentar sus locales, ocasionando que tampoco se genere movimiento económico”, dijo al explicar que cada vez es mayor la cantidad de recursos que dejan de entrar a la economía.

Apunta a la falta de seguridad jurídica imperante en el país, como un desestímulo a la inversión privada. “En Venezuela, los derechos de los propietarios de inmuebles no reciben protección, ante la ley”, afirma, al tiempo de ilustrar que muchos propietarios prefieren cerrar sus locales, porque hay espacios ocupados que no pagan ni los servicios y sacar a los inquilinos morosos implica un agotador esfuerzo. “Ante ese estado de indefensión y unas leyes no muy claras, los dueños prefieren no alquilarlos”.

Ceníccola asegura que todo ello afecta a otros sectores económicos, como el turismo o la construcción, un ramo que desde hace varios años registra niveles de paralización cercanos al 90%.

Paralización en la frontera

En lo que respecta a la frontera venezolana, el panorama no luce más alentador, pues miles de comercios y cientos de empresas permanecen cerrados debido a la crisis económica y al cese del comercio binacional con Colombia.

Álvaro Rodríguez, directivo de la Cámara Social de Transporte de Carga, refiere que solo en lo que corresponde al intercambio de mercancías con Colombia hay 68 agencias aduanales, 33 empresas de transporte internacional y 21 almacenadoras, que permanecen paralizadas desde el año 2015.

Ello, a pesar de que todas han cumplido a cabalidad su inscripción ante la aduana como auxiliares (patentes, fianzas, pólizas de seguro, pago de personal), lo que representa una inversión de miles de dólares, que en la mayoría de los casos les ha obligado a vender parte de su patrimonio para mantenerse actualizados, con la esperanza de una pronta reactivación de las actividades, pues el no hacerlo implicaría la inmediata anulación de sus licencias de trabajo y el cese de cualquier oportunidad de continuar en esta actividad económica.

El número de familias que dependen de la activación de estas fuentes de trabajo y mantienen la esperanza de que se abra la frontera para el comercio de mercancías asciende a miles. “Sabemos que Colombia fue la que dio el primer paso y esperamos que prive la sensatez en el gobierno venezolano y que incluya al Táchira como política de Estado para el comercio internacional, reabriendo los pasos internacionales hacia Colombia”, enfatizó Rodríguez.

Economía de trochas

Eleazar Useche presidente de Fedeindustria capítulo Táchira, describe que la actividad fronteriza está basada en una economía de trocha, pues ante el prolongado cierre de los puentes, las trochas se han convertido en elemento dinamizador del aparato comercial venezolano. “Estamos claros que existe el contrabando y eso permite que funcionen muchos negocios”.

Ve con preocupación que el cierre de empresas deje sin operatividad a la entidad, donde no hay cifras exactas de las industrias que han cerrado en Ureña o San Antonio, tampoco en zonas como Las Lomas, Paramillo y Puente Real en San Cristóbal. “Yo no sé cómo ofertar en un estado donde no tenemos salida hacia puntos como Paraguachón o Puerto Cabello, y la frontera con Colombia sigue cerrada”, indicó Useche.

Explica que parte del desarrollo del gremio depende de la comercialización y todo gira en torno a un sistema de transporte que está paralizado. “No hay transporte pasajeros, mucho menos de carga, porque no hay combustible, y tampoco hay nada que cargar”, apuntó.

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Eilyn Cardozo
Viernes, 18 de Junio de 2021
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