Jonathan Malagón, ministro de Vivienda, entregó formalmente el primer subsidio concurrente, una estrategia que busca incentivar la compra de vivienda nueva a quienes devengan dos o menos salarios mínimos ($1.656.232).

El subsidio es una ayuda monetaria que alcanzaría hasta $41 millones para compra de vivienda de interés social (VIS).

Malagón dijo que el objetivo es materializar la política pública de vivienda que tiene el Gobierno, que busca reactivar la construcción y dar una mayor una oportunidad a quienes aún no tienen una residencia.

“Para las familias que ganan uno o dos salarios mínimos encontramos que se necesita un impulso adicional porque no pueden acceder a viviendas de más de $53 millones”, explicó el ministro.

Según el funcionario, se juntarán los esfuerzos de las cajas de compensación, con las ayudas del gobierno, para juntar el dinero en un fondo común que le permita a las personas llegar a un monto mayor de subsidios.

“Esta medida no es nada distinto a los recursos de las cajas de compensación, más los subsidios de Mi Casa Ya. Antes se entregaban entre 20 a 30 millones en un subsidio. Ahora por primera vez una familia puede recibir 50 salarios mínimos para la compra de vivienda ($41,6 millones)”, aclaró Malagón.

Desde el Gobierno aseguraron que con esto se prevé maximizar la posibilidad para que se puedan comprar viviendas de alto valor.

La presidente de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación (Asocajas), Adriana Guillen, aseguró que se estima que seis millones de trabajadores que hacen parte de estas entidades tendrán la oportunidad de pedir estas ayudas.

La líder gremial agregó que esta modalidad es importante para el sector de la construcción porque beneficiará hasta 11 millones de hogares.