El encuentro ‘Competitividad e innovación como estrategia de sostenibilidad’ organizado por Centrales Eléctricas de Norte de Santander (Cens), sirvió como escenario para que el sector empresarial conociera las oportunidades y debilidades que tiene el departamento en materia de productividad.
La primera conferencia magistral estuvo a cargo de Hernando José Gómez, exdirector del Departamento Nacional de Planeación (DNP), quien explicó que Norte de Santander se ha quedado esperando las ayudas del Gobierno y hasta ahora se está recuperando del cierre de frontera.
Según Gómez, la economía del departamento es la más variable del país por ser de frontera, además, es la región más dependiente de lo que pasa con su gobierno local. El índice es de 25%, por encima del promedio nacional que está en 17%.
(Hernando José Gómez, exdirector del Departamento Nacional de Planeación (DNP), estuvo presente en el encuentro ’Competitividad e Innovación como estrategia de la sostenibilidad’, organizado por Cens.| La Opinión)
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Sin embargo, la participación de la zona agropecuaria es mayor que en el centro del país, lo que la hace convertirse en el principal trampolín, pues el sector manufacturero se quedó rezagado.
“El mensaje es que en el corto plazo las oportunidades de Norte de Santander esté en temas agroindustriales, pero se necesita mejorar drásticamente los temas de transporte, logística e infraestructura para conectar con los mercados internacionales”.
Vender más en el mercado local ocasiona que se depriman los precios a nivel nacional.
Sin embargo, el éxito del sector agropecuario depende de los mercados internacionales en el corto plazo.
Retos constantes
La educación básica y secundaria requiere calidad y debe superar los formatos que están desde hace un siglo o más.
“Siguen estando los mismos tipos de pupitres, el mismo tablero, el mismo principio de escuchar y repetir de memoria lo que se dice en los exámenes, si no logramos cambiar ese esquema como los finlandeses a algo más interactivo y no controlado por exámenes, verdaderamente tendremos una educación de calidad”, dijo.
También agregó que existen problemas de cobertura a la primera infancia y la educación superior, a causa de una cultura a corto plazo, promovida por los gobernantes.
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Por cada dos estudiantes que se gradúan de bachillerato, solo uno puede ir a la universidad y los que se quedan siendo bachilleres no están en capacidades de solventar las necesidades del mercado laboral.
“La infraestructura es fundamental porque el principal problema que tenemos es con las vías segundarias y terciarias, para que el país se pueda conectar al mercado, porque de las pocas cosas que podemos vender de manera efectiva son los productos agroindustriales”, agregó.
Si no se tienen las conexiones y no se reducen los costos de transporte, seguirá existiendo un problema de competitividad.
La eficiencia de los mercados es fundamental para una mayor competencia doméstica, además de recursos de innovación para mejorar la productividad.
Trampa de ingresos medios
Aunque Colombia está haciendo bien el trabajo en la parte macroeconómica, sumada a la recuperación de los 30 dólares en el precio del petróleo, la idea es no caer en la trampa de los países de ingreso medio, que empiezan a crecer a una tasa baja, con una productividad baja y se quedan atrapados con un relativo equilibrio.
Colombia es un país en equilibrio gracias a su parte fiscal y balanza de pagos, motivado por una inflación baja y una economía recuperándose.
Y, a pesar de que una de las grandes reformas que se están haciendo son las vías primarias, casos como el de Odebrecht representan un atraso para el país.
“En la medida en que se vayan desenredando estas 4G vamos a tener una red básica interesante para el país”.
Sin embargo, más allá del tema de las carreteras, otro punto fundamental es el sector transporte, que en su mayoría es informal.
“Es un sector atrasado, más de la mitad del parque automotor tiene más de 20 años de vida, eso además de contaminación, genera ineficiencia porque son costosos de mantener. Si no modernizamos el sector vamos a estar en un círculo vicioso.
Poca inteligencia de mercado
Aunque existen temas de política comercial que se deben ajustar para generar nuevos incentivos, los empresarios no han modernizado sus negocios y hacen poca inteligencia de mercado internacional.
“Cuando uno hace poca inteligencia de mercado no entiende que es lo que quiere el consumidor, en qué términos quiere el producto, en qué cantidades, en qué tamaños y en qué sabores lo requiere. Por ejemplo, si estamos en el mercado de los dulces y queremos llegar México, debemos empezar a hacer dulces picantes, se trata de a adecuar esa oferta para poder llegar”, dijo.
Otro problema del exportador colombiano es que se preocupa solo por producir los commodities (carbón, arcilla, confecciones) y no se dan cuenta que el mundo produce lo mismo y hay empresas que tienen seis veces el tamaño de cualquier empresa local.
“Nosotros no logramos las economías de escala que puede lograr un chino con sus fábricas, eso hace que tengamos que buscar nichos de mercado con un valor agregado donde no haya que competir con esos grandes monstruos”.
Para la mayoría de sectores sigue siendo más rentable vender en el mercado local que en el exterior, por la falta de logística y de infraestructura, y porque la política comercial hace que sea costoso conseguir las materias primas para transformarlas.
