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Agua, por favor

Si todo el caudal se destinara a los arrozales, gran parte de Cúcuta quedaría sin agua potable.

Es el propio Estado, el que advierte de la cercana posibilidad de que Norte de Santander enfrente una escasez de agua por su desmesurado uso para los cultivos de arroz, y pide poner un freno urgente.

El llamado es del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac), alarmado por la amenaza de la falta de agua que se avecina en varias regiones del departamento, en especial en la zona de El Zulia, lanzó por segunda vez un llamado de prudencia y de mesura en relación con el vital recurso.

Para el Igac, unas 20.000 hectáreas de la zona comprendida por los valles de los ríos Pamplonita y Zulia son aptas para arrozales, pero ante el excesivo consumo de agua para alimentarlos, el instituto se muestra partidaria de consolidar nuevas opciones productivas.

Para el caso, el Igac cita cifras que no dejan lugar a dudas de que hay serios y permanentes problemas con el agua. La zona del Distrito de Riego del Zulia consume 14 metros cúbicos de agua por segundo, que es exactamente el volumen del caudal del río en verano.

Si todo el caudal se destinara a los arrozales, gran parte de Cúcuta quedaría sin agua potable, puesto que del río Zulia se toma una cantidad considerable para la alimentación del acueducto de la ciudad, proceso que estaría también en gran riesgo.

El problema tiene connotaciones internacionales, pues los ríos mencionados, y otros del departamento, también en deterioro, alimentan zonas de Venezuela que, si el agua escaseará en nuestro departamento, en el país vecino será razón de crisis aguda y de reclamaciones a las que no será fácil darles solución, porque, ¿cómo darle agua al país vecino a través de los ríos, si acá tampoco hay?

Así, Estado y productores deberán ponerse de acuerdo en torno de las nuevas opciones productivas. ¿Cuáles? El ministerio de Agricultura tiene un estudio de la frontera agrícola que indica cuáles zonas del territorio son aptas para ciertos cultivos, y cuáles deben ser descartadas.

Desde luego, el arroz no es la única causa de deterioro del recurso hídrico. La deforestación es otra, grave. Pero, también lo son otros cultivos intensivos, como los de palma aceitera, que destruye, según expertos, la red hídrica subterránea y lleva a la esterilización y desertización de los terrenos.

En relación con la palma, hace algunos meses, la Iglesia católica recorrió las zonas del Catatumbo donde se cultiva, y constató que las quejas de campesinos y de labriegos son ciertas: los cultivos dejan sin agua la zona.

Algo parecido está ocurriendo en Palmarito, corregimiento de Cúcuta, donde hay una pequeña estrella fluvial, donde nacen corrientes de aguas que iban en varias direcciones. Iban, porque algunas desaparecieron, según denuncias campesinas, por razón de cultivos de palma.

La voz de alerta del Igac no pretende, ni mucho menos, que de la noche a la mañana se erradique un sector productivo del que depende gran parte de la economía de Norte de Santander. Solo busca advertir de que, si no hay cambios en la cultura del agua, no habrá mañana para nadie. Y mucho menos para los arroceros…

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Viernes, 20 de Julio de 2018
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