Dentro de la declaratoria de una nueva emergencia económica que tomó ayer el Gobierno Nacional, se contempló una especie de ‘oxígeno’ momentáneo al sector empresarial colombiano para el pago del impuesto de renta a la DIAN, planteando además un reconocimiento del 40% del salario mínimo para las nóminas de las empresas que demuestren que sus ingresos han caído en más del 20% durante esta emergencia.
El presidente Iván Duque y el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, reconocieron que los ingresos se han desplomado por causa de la pandemia del coronavirus que obligó a ‘apagar’ buena parte del sector productivo colombiano y encuarentenar a los habitantes ante esta histórica emergencia sanitaria.
“Dar más oxigeno de caja a las empresas, con esto atendemos un universo muy grande de los generadores de empleo, porque entendemos la urgencia y necesidad”, es la consideración expuesta por el jefe de Estado al anunciar que estas dos medidas ayudarán en forma importante a los empresarios del país.
A las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas les ha correspondido atravesar un ‘temporal’ en esta época impactada por el coronavirus, poniendo en peligro millones de empleos, razón por la cual es fundamental que el Estado tanto desde el orden nacional como en el local ayude a alivianar la carga que en esta inesperada e histórica coyuntura están soportando actualmente los colombianos.
Tal vez aquí a la DIAN le va a corresponder hacer un esfuerzo y un reajuste a la baja de los ingresos tributarios en el presente año, para que realmente los generadores de empleo mantengan a sus trabajadores y así se evite el disparo del desempleo a volúmenes nunca antes visto, que deben hacer entender que la regla fiscal y el factor tributario tal vez sea necesario que por este año el Gobierno les permita a los empresarios contribuyentes de renta que se ganan esa gabela de no pagar la cuota que se va a correr, a cambio de que el empleo se proteja.
Y aquí, deberían entrar en esa misma senda municipios como Cúcuta, Ocaña, Pamplona y los demás del área metropolitana, dando mayores facilidades para el pago de los impuestos de industria y comercio y predial a todos los contribuyentes, sin distingo alguno.
Debe entenderse que la situación calamitosa como la generada por la crisis pandémica no se compara con ninguna otra en los últimos cincuenta años o más, y que para enfrentarla se requiere dejar de lado la política alcabalera de índole radical y admitir que por ahora lo que se debe es ofrecerles un respiro a todos los contribuyentes.
Si eso no se hace, pues se corre el riesgo de dibujar un escenario de tintes apocalípticos desde los puntos de vista social y económico, porque entonces no habrá recursos ni siquiera para continuar operando, que en últimas significaría una oleada de quiebras y de despidos masivos y en ese escenario, pues nadie tendría ni siquiera para cumplir con los compromisos de carácter impositivo.
Luego ya que los Concejos están por estos días en sesiones, los alcaldes tienen que proceder a darse la pela y darles posibilidades de toda naturaleza a los contribuyentes, usando incluso las posibilidades de que paguen por cuotas mensuales o darles más descuentos o revisar, extraordinariamente, a la baja, las tarifas de los tributos municipales por una sola vez como consecuencia de la pandemia del coronavirus, porque de lo contrario las cosas podrían ser peores.
