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Así paga el diablo…

Cuando Duque le ha hecho a Trump mucho del trabajo sucio con Venezuela.

El presidente Iván Duque debe estar menos extrañado que la opinión pública en relación con el trato que recibe de su colega Donald Trump, en momentos en que Colombia está dedicada a hacer, sin mucha discusión, lo que desea Estados Unidos.

Si partimos del supuesto de que la mejor alianza y la mejor amistad entre dos países americanos es, desde hace algún tiempo, la de Colombia y Estados Unidos, y si le agregamos la percepción de que Duque y Trump son también ‘muy amigos’, son incomprensibles y extremadamente salidos de tono los reclamos de Washington.

Queda de bulto que el comentario de Trump en marzo, cuando dijo que ahora sale de Colombia hacia Estados Unidos más cocaína que la que salía antes de que comenzara el Gobierno de Duque, ‘un buen tipo (…) que no hace nada por nosotros’, no fue aislado ni producto de un desliz de la incontenible lengua de la Casa Blanca.

Convencido de que fue una ligereza o un descuido o un mensaje sin mucha importancia, dirigido más para la galería, es decir, para la opinión pública, que para Duque, el presidente, quizás molesto, aunque sin mostrarlo, le respondió a Trump cordialmente que Colombia ‘viene enfrentando con toda firmeza y contundencia el problema mundial de las drogas ilícitas’.

La verdad es que esa no fue un comentario aislado, sino la formulación de una postura sobre la política antidrogas, que se convirtió en un simple antecedente de otra declaración, aún más hostil y descalificadora, cuando este miércoles, Trump señaló que Duque y su Gobierno están enviando a propósito, a criminales a Estados Unidos, junto con Honduras, Guatemala y El Salvador.

‘El negocio de las drogas ha crecido un 50 por ciento (…) No tengo dudas de que Honduras, Guatemala, El Salvador y Colombia (...) los están mandando (criminales) a EE. UU. porque no los quieren, porque creen que la gente de Estados Unidos es estúpida y los recibe”, especificó Trump. “Están mandando a verdaderos asesinos, porque no quieren a las pandillas’.

No importa si el dato del aumento en el tráfico de droga es real o no, lo que, en verdad, debe preocupar, más que inquietar, a Duque, es que por primera vez un país asocia a Colombia con Centroamérica y su violencia pandillera, que mantiene en graves problemas a la zona y a Estados Unidos. Para Trump, los criminales ‘(que vienen) de Colombia, Guatemala y Honduras son gente mucho más dura, son más peligrosos. Esos países están enviando a los más duros’…

Que Trump acuda a estas declaraciones para apoyar su eventual reelección, como presumen algunos analistas, no les quita ese carácter de reclamo desaliñado y, en cierto sentido, ofensivo, que tienen. Al fin y al cabo, a los amigos no se les da trato como el que él le da a Duque.

Y menos, cuando Duque le ha hecho a Trump mucho del trabajo sucio con Venezuela, hasta el punto de que, según sus críticos, ha olvidado los problemas de su propio país para satisfacer al amigo. Si se le puede decir así a alguien que, como bien se ha dicho, no tiene amigos sino peones de ajedrez que mueve a su voluntad en el tablero de la política internacional.

La realidad es que con amigos así…

Viernes, 12 de Abril de 2019
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