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Asunto preocupante

A 66 adultos mayores les suministraron vacunas contra el coronavirus que perdieron efectividad biológica al romperse la cadena de frío y deberán reiniciar el proceso de inmunización.

Hubo vacunas aplicadas contra la COVID-19 que rompieron cadena de frío en Cúcuta”, fue la lapidaria afirmación del Instituto Departamental de Salud (IDS).

Lo señalado por la máxima autoridad local en materia de salud en Norte de Santander es de la máxima gravedad en medio de la pandemia que le ha costado la vida a 2.818 personas y contagiado a 54.103 en la región.

Pero es también evidente que una situación de esa naturaleza puede llegar a generar pánico y desazón entre una población que desde marzo de 2020 la viene pasando muy mal ante la acechanza del coronavirus, los problemas económicos, la inseguridad y el agravamiento de las condiciones sociales.

Asuntos como el reseñado pueden llevar a que la vacunación entre en una fase de duda entre la población, motivo por el cual los organismos encargados deben de proceder a ajustar y tomar los correctivos que conjuren situaciones como la vivida por 66 adultos mayores a quienes les suministraron  dosis que perdieron efectividad biológica y deberán reiniciar el proceso de inmunización.

La particular situación obedeció al rompimiento de cadena de frío, que teniendo en cuenta lo explicado por la dirección del Instituto Departamental de Salud, no implicará riesgos de eventos adversos para quienes recibieron esas vacunas, los cuales tampoco van a tener la respuesta inmunológica esperada.

Debemos recordar que a Norte de Santander le asignó el Gobierno Nacional un ultracongelador para tener allí las vacunas de Pfizer que son las que requieren estar a -70 grados centígrados en cumplimiento del protocolo para su manejo.

Y en el momento que se conoce que fueron precisamente vacunas de Pfizer las que tuvieron el problema reseñado, la farmacéutica reveló que prepara una nueva versión que podrá conservarse varios meses a la temperatura de un frigorífico normal.

Pero como por aquí no sabemos si algo así pueda llegar, la lógica indica que el plan de vacunación -atado en parte al lento ritmo de despachos de dosis- tiene que seguir ceñido a un más estrecho y rígido proceso de control, vigilancia y auditoria para evitar más sorpresas como las expuestas.

En las entidades de salud encargadas de la aplicación es importante que mecanismos de seguimiento operen de la manera más adecuada para que la gente se sienta segura y no baje el interés por vacunarse, que es un elemento importante dentro de la lucha contra el virus.

Y mientras esto ocurre y la gente queda a la expectativa de que los organismos respectivos den a conocer las responsabilidades, procesos y castigos por lo sucedido, surgió una nueva preocupación.

En el departamento ya empezó a  subir la curva de ocupación de las camas de las unidades de cuidados intensivos habilitadas  para la atención de pacientes con coronavirus.

Ese nivel marcó ayer el 55 por ciento, hecho que preocupa a las autoridades porque en una eventualidad el crecimiento de contagios puede acelerarse y llevar de un momento a otro a las alertas hospitalarias y a momentos nuevamente muy difíciles como los que se vivieron cuando llegamos a registrar una alta letalidad, frente al promedio del país.

Como la pandemia sigue todavía descontrolada es indispensable que la ciudadanía persista en usar el tapabocas, lavarse constantemente las manos, respetar el distanciamiento físico, evite las reuniones familiares o las fiestas  masivas, máxime cuando en la región ya está circulando la cepa británica de la COVID-19. Además, otra vez Colombia en un solo día llegó a 420 fallecimientos por la enfermedad.

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Sábado, 24 de Abril de 2021
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