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Editorial
Cama pa’ tanta gente
Ya hay una mafia de 10 venezolanos que cobran por todo a sus compatriotas que se refugian en el infame Hotel Caracas.
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Miércoles, 17 de Enero de 2018

La propuesta de la Alcaldía de crear dormitorios para los venezolanos que se toman parques, umbrales, calles y cuanto espacio encuentran libre en la noche para dormir, tiene inconvenientes. Los suficientes como para proponer que se replantee la idea lo más pronto que se pueda.

Se trata, según el alcalde, César Rojas, de establecer dormitorios temporales para los inmigrantes irregulares, cuya presencia está generando un ambiente hostil entre los cucuteños al que hay que ponerle fin de inmediato. Puede pasar a mayores.

Ya hay una mafia de 10 venezolanos que cobran por todo a sus compatriotas que se refugian en el infame Hotel Caracas, nombre que le dieron quienes allí viven, a los campos deportivos del barrio Sevilla.

Les cobran por tener un lugar dónde dormir, por el derecho a recibir alguna ayuda brindada por los cucuteños, por poder tener una maleta, en fin… y todo esto, bajo amenazas de muerte, que se han extendido a los líderes populares del sector, a quienes ahora, extranjeros les cobran por usar sus propios campos deportivos. Son 10 personas a las que nadie se atreve a denunciar, porque están armadas y las amenazas parece que van en serio.

Y la Alcaldía, enterada a través de derechos de petición de los vecinos, ningún esfuerzo hace por neutralizar la acción criminal. La propia Policía dejó de actuar, el día que los delincuentes extranjeros que mandan en el refugio se plantaron y, con actitud de matones, le dijeron a una patrulla que ya no se irán de allí…

En el proyecto, la Alcaldía no tiene establecido un límite para la temporalidad, y esto puede generar problemas. Para el concejal Jaime Marthey, esos dormitorios deben alojar a las personas máximo por un día, para evitar que se conviertan en un atractivo más para que vengan otros venezolanos a Cúcuta.

Así, se deberán aprobar severos mecanismos de control que eviten que solo unos cuantos aprovechen esta facilidad que se les brinda, pero, también, que tengan en cuenta, por ejemplo, a los enfermos, a los niños y a los ancianos, a fin de que al comenzar el día no queden a la intemperie.

Y, también, controles para evitar que junto a las familias con niños duerman, en una especie de promiscuidad, drogadictos, delincuentes y vagos que hacen parte del contingente de inmigrantes irregulares venezolanos que nos copan, sin contar con que toda aspiración a intimidad de las parejas se hará imposible.

Y ¿cómo controlar la disciplina en un sitio así, si en la calle, por ejemplo, los venezolanos demuestran que no tienen interés en acatar las normas colombianas ni en aceptar que la autoridad les ordene? Que lo digan los vecinos de Sevilla…

Lo mejor que puede hacer la Alcaldía es consultar no solamente al Gobierno, sino a organizaciones internacionales como la ONU o el Comité Internacional de la Cruz Roja, en busca de hacer lo que corresponde, pero todo dentro del ordenamiento jurídico global. Tiempo para cometer errores hay suficiente. Se trata de acertar y de salirle al paso a un problema que tiene a Cúcuta al borde de un ataque de nervios con todas las consecuencias que genera…

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