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Editorial
Cámara Colombo-Venezolana
En el fatídico 2015, cuando estalló la crisis en la frontera que fue cerrada por Venezuela, el sector exportador envió al país vecino 1.060 millones de dólares.
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Domingo, 26 de Septiembre de 2021

Repasando cifras del DANE sobre las exportaciones colombianas a Venezuela se destaca que en 2006 despachábamos anualmente 2.727  millones de dólares en mercancías y que al año siguiente las ventas se duplicaron hasta 5.270 millones, trepándose a los históricos 6.071 millones de dólares en 2008.

Luego de alcanzar ese pico, vinieron tres años con una marcada caída desciendo en 2012 a 2.556 millones, en 2013 esas exportaciones sumaron 2.256 millones y en 2014 bajaron a 1.987 millones de dólares.

En el fatídico 2015, cuando estalló la crisis en la frontera que fue cerrada por Venezuela, el sector exportador envió al país vecino 1.060 millones de dólares, mientras que  de 2016 a 2018 se facturaron por ese concepto 1.287 millones de dólares.

Y mirando 2019, cuando todo se  enturbió entre Bogotá y Caracas que están sin relaciones diplomáticas y lo único que hacen es cruzarse duros cuestionamientos, la caída exportadora fue brutal: 196 millones de dólares ese año y 155 millones en 2020.

Esos datos que indican como el aspecto económico se ha resentido dramáticamente, confirman la preocupación del empresariado de ambos países por los negativos efectos que vienen arrastrando ambos pueblos como consecuencia de la  tensa situación que se registra.

De acuerdo con informe periodístico de La Opinión, hay una cifra a la que no se puede dejar pasar por alto y que por sí sola y comparándola con la travesía de las exportaciones, nos prueba que en las trochas hay una gran competencia, puesto que el comercio informal fronterizo por allí se situó en 800 millones de dólares, el año pasado.

Precisamente, la Cámara Colombo-Venezolana expuso varios argumentos frente al panorama actual, en medio de las deliberaciones que se han venido dando a lado y lado del río Táchira en procura de una probable reapertura del paso peatonal por los puentes internacionales y la consideración de restablecerlas operaciones aduanales en Ureña, San Antonio y Cúcuta para restablecer el tránsito de mercancías.

Un Plan de Integración Empresarial- Ciudadano, que contribuya a la reactivación del comercio formal entre Venezuela y Colombia, cumpliendo las medidas de bioseguridad correspondientes y lograr la reactivación de las relaciones consulares entre ambos países para la protección al migrante venezolano y colombiano, es una de las propuestas concretas y urgentes   expuestas por este gremio.

Ojalá y por el beneficio de los pueblos, los gobernantes y los partidos políticos de Colombia y Venezuela recapaciten y abran los consulados cuyas funciones son fundamentales para la atención de los connacionales en suelo extranjero. 

Reformar el Acuerdo de Alcance Parcial de Naturaleza Comercial, suscribir un acuerdo de promoción y protección de inversiones, hacer un trabajo conjunto con gremios fronterizos y apoyo a los ciudadanos de la frontera y una rueda de negocios binacional, es la otra iniciativa empresarial.

Los presidente Iván Duque y Nicolás Maduro con sus equipos de gobierno deben de entender que cada asunto de las relaciones requiere un trato especial y muchas veces desligado de otros para evitar  golpes como el que han padecido los ciudadanos y los empresarios, porque ellos mezclaron enemistad ideológica y disparidad política, llevando a dejar desamparado a un territorio de 2.219 kilómetros, en donde los ilegales se lo disputan.

La Cámara Colombo-Venezolana, al mostrarse partidaria de una reapertura, tienen la concepción de que esto debería contribuir a la disminución en, por lo menos, el 50% las prácticas delictivas y violentas de los actores de la  economía ilegal en los pasos fronterizos.

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