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Editorial
Claridad sobre la Unasur
El responsable es Álvaro Uribe, en cuyos dos mandatos como presidente le dio vía libre a la adhesión de Colombia a la Unasur desde 2004.
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La opinión
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Martes, 28 de Agosto de 2018

Es tan sencillo como decir que las cosas se deshacen de la misma manera que como se hacen. Lo acaba de demostrar el presidente Iván Duque con el anuncio de que Colombia se retira de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), de la que es socio fundador.

La razón tiene que ver con el hecho de que, según Duque, la organización que desde 2004 aglutina políticamente a los 12 estados de Suramérica —Surinam y Guyana también están allí— no ha cuestionado ni al presidente ni al gobierno ni a la revolución bolivariana y socialista de Venezuela.

La decisión, que se materializará, por reglamento, dentro de seis meses, solo se oficializó el lunes, porque ya, desde hace un buen tiempo, Duque había mostrado su desacuerdo con la permanencia colombiana en esa organización.

Sin embargo, nunca se hicieron todas las claridades y precisiones que hoy, en desarrollo de un gobierno que ha comenzado a mirar por el espejo retrovisor, es muy necesario y, especialmente oportuno, hacer.

Porque, para cualquier colombiano, por la falta de precisiones y explicaciones, es fácil concluir en que se está corrigiendo algo de lo que es responsable el presidente Juan Manuel Santos, y no es así.

El responsable es el senador Álvaro Uribe Vélez, en cuyos dos mandatos como presidente le dio vía libre a la adhesión de Colombia a la Unasur desde 2004, cuando comenzó a gestarse la organización regional.

Por eso, la frase de Duque en su anuncio: ‘Unasur es una institución que fue creada para fracturar el sistema interamericano (… y que) sirvió de comodín para los propósitos de una dictadura’, aunque parezca que tiene un destinatario, en realidad tiene otro: su mentor y patrocinador.

Así, si hubo alguna complicidad colombiana con los propósitos de la Unasur y los objetivos que señaló Duque, fue de Uribe y su gobierno. Y si Duque lo ignoró, fue quizás porque no cayó en la cuenta de que cuando se señala con un dedo, los otros están señalando hacia uno mismo…

Duque recordó que lleva años denunciando públicamente que Colombia no debería seguir siendo parte de Unasur, ‘porque Unasur es una institución que se ha prestado, con su silencio y muchas veces con su complacencia, para que no se denunciaran los tratos brutales de la dictadura de Venezuela a los ciudadanos’.

Esto es cierto. Pero también lo es que durante los gobiernos de Uribe tampoco hubo ni se promovió denuncia alguna al respecto, ni Colombia acusó esos atropellos ni propició que se ejerciera ‘el deber del entorno multilateral de garantizar que ese tipo de prácticas no constituyeran la eliminación de las libertades de la ciudadanía’.

Hacer claridades sobre la historia es un ejercicio muy interesante, porque no solo deja las cosas en su lugar, sino que permite medir el grado de desviación de las versiones consideradas oficiales, y que no son otra cosa que un rosario de silencios e imprecisiones que dejan un sabor algo amargo.

Hay un hecho concreto: Colombia prefiere a la OEA, un organismo que agoniza desde hace largos años, por la misma razón argumentada por Duque: grave falta de equilibrio y de sindéresis, y refugio de personajes como Alejandro Ordóñez, destituido como procurador por actos de corrupción, nombrado embajador por Duque, quien aun así sostiene que tiene entre ojos la corrupción.

Las cosas que se ven en la política…

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