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Conectarnos al gasoducto

Obviamente que necesitamos estar conectados al gasoducto nacional, porque entre otras cosas, podremos eliminar las bajas calificaciones en los niveles de competitividad.

En diciembre de 2019, en la feria energética, minera, de hidrocarburos y ambiental se escuchó una afirmación que en el presente confirma que sin conexión al gasoducto, la región continuará a futuro con problemas importantes.

En aquel tiempo, el entonces presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, Luis Miguel Morelli, reveló que el estar desconectados fue una de las razones de peso para que en la subasta no se presentaran ofertas por el Bloque de la Paz en el Catatumbo, asumiendo la ANH las labores en la zona, que es considerada con tener un gran potencial gasífero.

Este hecho resulta de interés en momentos que se puso en la palestra un proyecto que necesita de la inversión de sesenta millones de dólares para unir a Cúcuta y a la región al sistema nacional de transporte del citado combustible.

Y otra señal importante para la consolidación de una obra de esta magnitud, fue lo expuesto hace un mes por la presidencia de Ecopetrol de que  “en Colombia hay gas y un montón de gas”.

Al ir atando todos esos cabos y sin dejar de lado que el Catatumbo también puede darnos una mano importante con las reservas gasíferas que tenga en sus profundidades, hay luces de esperanza para que la conexión se vuelva realidad.

Habla Planeación Municipal que ya está definido el proyecto que consiste en la instalación de un tubo bidireccional al gasoducto nacional para obtener el combustible que requieren los usuarios industriales y residenciales.

Hay que resaltar que esté lista y ajustada la primera fase desde el punto de vista de desarrollo predial y jurídico (que es esencial que quede bien elaborada y corroborada), el diseño de ingeniería, la estructura financiera y presupuestal, y los aspectos ambientales.

La Alcaldía de Cúcuta debe tener presente que estamos en un nuevo gobierno que tiene una percepción ambientalista basada ahora en el convenio de Escazú, razón por la cual estos asuntos tienen que ir suficientemente fundamentados.

La cuestión financiera es otro hecho de relevancia. En este punto surgen inquietudes sobre quién hará la inversión: será en una alianza público-privada o por concesión, o mediante crédito externo o una bolsa de diferentes fuentes para la obtención de los recursos indispensables para el megaproyecto.

Si la opción se inclina por la participación del capital privado, entonces cuánto les saldrá costando el servicio a los usuarios producto de la concesión para la recuperación de la inversión y su correspondiente ganancia.

Obviamente que necesitamos estar conectados al gasoducto nacional, porque entre otras cosas, podremos eliminar las bajas calificaciones en los niveles de competitividad y será más fácil avanzar en la masificación del gas natural en Norte de Santander.

Con el razonamiento expuesto por la directora de Planeación Municipal, Marcela Rodríguez, de que “no tiene explicación que estando en una región con grandes proyecciones de gas, estemos desconectados de la red nacional de este combustible”, una de las tareas que obligatoriamente se tienen que sacar adelante el año próximo, es eliminar el aislamiento de Cúcuta y Norte de Santander del sistema nacional de distribución de gas.

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Miércoles, 28 de Diciembre de 2022
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