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Editorial
Dengue y coronavirus
Para ambas enfermedades, tanto los gobiernos como la comunidad no deben de bajar la guardia ni relajarse ni mucho menos desafiar esos peligros reales y evidentes, puesto que el resultado podría ser muy dañino para todos.
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Jueves, 6 de Enero de 2022

Cúcuta fue cuarta en Colombia, en el año que acaba de terminar, en pacientes con dengue, mientras que también el departamento vivió un 2021 con altos índices de contagio con coronavirus, razón por la cual se debe reforzar el cuidado en la salud.

Se lee y se escucha que las autoridades encargadas de combatir el zancudo que origina el dengue tienen identificadas las áreas y las comunas donde es más factible que este mal prolifere, pero lo cierto es que ese mosquito vuela por toda la ciudad.

Luego la gente que en sus casas, oficinas y empresas nota la presencia del Aedes aegypti (que no solo transmite ese  mal, sino que se volvió multifacético y también propaga zika y chikunguña -por ejemplo-), esperaría que se desarrollara una campaña de fumigación en la ciudad, por ejemplo.

De verdad que últimamente se ha advertido el molesto zumbar de este insecto que implica alta peligrosidad para la salud humana, razón por la cual requiere que las autoridades sanitarias tengan presente la urgencia de erradicarlo mediante esa forma.

Los datos lo confirman cuando señalan que en la semana 50 del año pasado, en la capital de Norte de Santander se registraban 2.011 casos, de ellos 38 son dengue grave, 1.350 de dengue con signos de alarma y 623 de dengue sin signos.

Y para confirmar que no es una situación que tenga que ver con el azar, puesto que la ciudad se encuentra en una lista del Instituto Nacional de Salud con el 4% de los reportes en el país (2.077), por detrás de Cartagena, que lidera el listado con 7.389 casos, Cali, con 5.700 y Barranquilla, con 5.050.

Por ese par de hechos y recordando que por aquí dicha enfermedad siempre se encuentra al acecho de niños, jóvenes y adultos, pues es más que indispensable ponerse las pilas para contenerla, incluyendo en esas acciones obviamente la prevención, pero sin descuidar la acción que es fumigando, eliminando reservorios y teniendo la alerta médica suficiente.

Lo que pasa es que ese problema bien podría complicarnos las cosas en la región y en las otras ciudades mencionadas, porque pareciera, por lo notificado desde la Casa de Nariño, que se podrían tener altos volúmenes de personas con coronavirus en razón a la variante ómicron, que al parecer es menos letal pero sí ha mostrado ser más contagiosa.

“Tenemos que prepararnos para ver 30.000 y 40.000 contagios diarios en algún momento”. Esas fueron las palabras del presidente Iván Duque, al indicar que eso sucederá en breve, como se advierte en la tendencia mundial.

Luego, para ambas enfermedades, tanto los gobiernos como la comunidad no deben de bajar la guardia ni relajarse ni mucho menos desafiar esos peligros reales y evidentes, puesto que el resultado podría ser muy dañino para todos.

Entonces, por un lado, la batalla frontal contra el zancudo debe ser lo más contundente posible, porque pudiera llegarse a complicar todo para las personas que resultaran afectadas por ambos males al tiempo, lo cual es algo que no se puede descartar.

Y desde la orilla de la COVID-19, la insistencia es a vacunarse, a cumplir los esquemas básicos y de refuerzo, a tener los cuidados adecuados para evitar ser afectado por el virus que en esta región sigue teniendo una alta letalidad, en comparación con otras regiones.

Por ejemplo, en el dato del INS de ayer, el departamento es sexto en fallecidos con tres muertos y 131 contagiados, mientras que Bogotá con 3.113 casos tuvo solamente cuatro personas que perdieron la batalla frente al coronavirus.

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