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Día del agua

En este momento debemos resaltar que en pocos meses tendremos listo el Acueducto Metropolitano, que tiene como tarea básica llevarles agua en forma continua a los habitantes de Cúcuta, Villa del Rosario y Los Patios durante los próximos 50 años.

El agua es un preciado tesoro que debemos cuidar las 24 horas, porque desperdiciarlo, no conservarlo o cambiarlo por oro, terminará siendo una decisión de alto riesgo y de impredecibles consecuencias.

Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, como una manera de decirle a la humanidad la importancia  que tiene el recurso hídrico para la vida, la alimentación, el medio ambiente sano, para la economía y las posibilidades de desarrollo sostenible.

Sin embargo, en el planeta la situación aparece complicada, como lo describe Naciones Unidas, en la evaluación de la cobertura de este servicio básico esencial.

En todo el mundo, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre, dos de cada cinco personas no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón, y más de 673 millones de personas aún defecan al aire libre.

Esa es la descripción que la ONU hace sobre lo que está ocurriendo en este momento, razón por la cual Norte de Santander que en su territorio cuenta con una de las fábricas naturales de agua más importantes, como lo es el páramo Santurbán, requiere fortalecer todos los compromisos para la preservación de ese ecosistema.

En contraste con la exposición que expuso el organismo multilateral, es cada día más evidente que más allá de ir a recibir unas regalías por determinado tiempo, si se llegara a permitir la extracción masiva de oro en el páramo, en últimas con lo que nos iríamos a quedar es con un posible éxodo por el impacto que una acción de esas ocasionaría a la región.

Entonces, los verbos conservar y preservar tienen que primar sobre todas las cosas, puesto que de lo contrario desde el frente de la alimentación natural de nuestros ríos que son los que surten los acueductos de los cuales tomamos el líquido para las labores cotidianas, el desastre sería inevitable.

Pero también se debe insistir en que el cuidado de los ríos es un asunto de alta valía, porque no se puede seguir permitiendo que el Pamplonita y Zulia, en varios puntos de su caudal estén convertidos en ‘cloacas’ al recibir la descarga de las aguas residuales de las zonas habitadas  que bañan.

Y aquí viene una inquietud: ¿será que para el próximo día mundial del agua podremos tener el anuncio de que las plantas de tratamiento de aguas residuales comenzarán a construirse? Esa sería la mejor manera de probar que defendemos y respetamos, realmente, las fuentes de agua.

Porque lo importante es el cambio de proceder tanto desde la ciudadanía como de la institucionalidad para que el preciado líquido no vaya a convertirse en un artículo de lujo o en un objeto de museo, en razón a las malas prácticas que van desde el mal uso del mismo, la falta de políticas para protegerlo o las decisiones que se tomen en cuanto a la extracción de minerales, que puedan afectarlo.

En este momento debemos resaltar que en pocos meses tendremos listo el Acueducto Metropolitano, que tiene como tarea básica llevarles agua en forma continua a los habitantes de Cúcuta, Villa del Rosario y Los Patios durante los próximos 50 años.

Pero la anterior misión podría frustrarse si como vimos arriba, no protegemos las cuencas, no evitamos la contaminación y no preservamos el agua que cada día es más valiosa, desde el punto de vista de la vida,  que cualquier metal precioso.

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Miércoles, 23 de Marzo de 2022
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