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Editorial
Día del Árbol
De acuerdo con los datos del Ideam, en Norte de Santander se pasó de 7.362 hectáreas de bosques deforestadas, en 2018, a un total de 9.910 hectáreas el año pasado.
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Lunes, 12 de Octubre de 2020

Lo que está pasando al mundo con la pandemia del coronavirus que ya ha cobrado la vida de 1’074.055 personas, de las cuales 27.834 muertes corresponden a Colombia, llevan a pensar que  o cambiamos nuestra forma de actuar con la madre naturaleza o la extinción humana podría estar a la vuelta de la esquina.

Es por eso que en fechas como la de hoy, señalada como el Día Mundial del Árbol, debe pasar del simbolismo y de los actos medioambientales de unas horas, a una cuestión inherente a la vida misma porque las amenazas son reales y todos debemos para la destrucción del planeta, recordando que somos sus inquilinos.

Inculcar en los niños y también en los adultos la cultura de preservación, conservación, salvación y recuperación del medio ambiente es una acción de carácter inmediato, porque cada vez más nos encontramos con deforestaciones, megaminería, cambio climático, ataques de nuevos virus y un consumo exagerado de productos que nacen de depredar la naturaleza.

El equilibrio, la sostenibilidad y el ser amigables con medio ambiente es urgente convertirlos en misiones de la cotidianidad, admitiendo que le hemos dado la espalda al persistir en arrojar basura a la calle, por ejemplo, muchas veces desconociendo que esa anticívica acción individual tiene un efecto demoledor medioambientalmente hablando.

En Norte de Santander, Corponor ha anunciado que destina más de 25.000 árboles, en un proyecto que tiene como metas salvar a algunas especies de la desaparición como ocurre con el abarco y caoba, lo mismo que el cedro, comprobándose que así como la fauna, tristemente las plantas también sufren por las acciones de depredación.

En Cúcuta, el alcalde Jairo Yáñez ha dicho que la ciudad contará con ‘110.000 pulmones nuevos’ en referencia al número de árboles que prometió plantar para reforestar la ciudad y que equivalen a los votos que le permitieron ganar las elecciones de octubre del año pasado.

La Gobernación extendió la invitación a la comunidad del departamento a sembrar un árbol y a valorar la importancia que estas especies tienen en las cuencas hídricas, puesto que la tala indiscriminada se convierte en un riesgo indiscutible para el potencial de los ríos que finalmente alimentan los acueductos.

Como vemos, todo es una cadena de efectos y consecuencias. En ese sentido, el Instituto Humboldt alertó que a Colombia solamente le queda el 8% de los bosques secos tropicales, y que de las 96 variedades de ecosistemas que le permiten ser el segundo país más biodiverso del mundo, 36 están en riesgo de desaparecer.

Y para contrastar la parte filosófica con la dura realidad, está lo expuesto por la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible para probar lo poco que importa la riqueza verde-ambiental como nutriente de vida. Resulta que según datos de esa organización, hasta el 15 de abril de este pandémico 2020, ya se habían deforestado más de 75.000 hectáreas de bosque en la Amazonia colombiana.

Y Norte de Santander apareció en las estadísticas del Ideam como uno de los departamentos golpeados con la deforestación en 2019, al registrar 9.910 hectáreas deforestadas, con una alta concentración de este fenómeno en Tibú, que perdió 7.103 hectáreas de bosque. Luego o salvamos los árboles o nos condenamos.

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