El puente Mariano Ospina Pérez es tan importante para la región que cualquier situación que ocurra allí de inmediato despierta la atención de los nortesantandereanos.
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Resulta que hace varias semanas leímos con asombro que la estructura sobre el río Zulia se demoraría y que estaría terminada solamente hasta que finalice el presente año.
Preocupación y dudas generó aquella afirmación de la dirección regional del Instituto Nacional de Vías (Invías), teniendo en cuenta que las condiciones del viejo viaducto no son las mejores y por él transitan camiones, volquetas y tractomulas.
Sin embargo, días después, las noticias cambiaron, aunque los interrogantes y las advertencias siguen latentes frente a esta conexión tan importante hacia la Costa Atlántica, el Catatumbo y los pueblos de occidente.
¡Ya no tendremos que esperar hasta diciembre, como regalo de Navidad o Año Nuevo, porque el 31 de agosto ya estaría prácticamente listo el puente nuevo!
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Ahora sí las obras avanzarán de día y de noche los siete días a la semana, fue la explicación para fundamentar la nueva orden con fecha incluida en torno a esta obra en la que cual se invierten $33.000 millones. ¿Los incrédulos tendrán o no razón al indicar que esa fecha no se cumpliría porque hacen falta las bases sobre el cauce del río? Esperamos con ansias ese último miércoles de agosto.
Igualmente, hay que ser claros de que ese nuevo día señalado, no será el del estreno del proyecto, porque la programación indica que en el último día del octavo mes de 2022, estará completo el ensamblaje de la nueva estructura sobre el río Zulia.
¿Y por qué no se podrá usar de una vez? Porque después se debe proceder al desarrollo y finalización de los accesos que comunican al puente, que por el lado de Cúcuta son de 15 metros y desde El Zulia es de 35 metros.
Los nortesantandereanos y cucuteños nos hemos vuelto un poco incrédulos cuando de puentes se trata, porque recordemos como el de La Gazapa, por ejemplo, duró un buen tiempo sin uso, al quedar faltando las terminaciones a lado y lado, o el Benito Hernández Bustos, que lo hicieron, lo dejaron inicialmente sin orejas y hasta ahora se avanza en ellas.
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Y mientras que llega el día del corte de la cinta y del paso de la primera volqueta, es fundamental hacer un llamado para que se haga un control estricto al paso de los vehículos de carga por el ‘cansado’ Mariano Ospina Pérez, que cumplió 75 años de uso.
Primero, porque muchos de esos automotores van recargados o con sobrepeso y, segundo, porque pasan o dos volquetas o dos tractomulas a la vez, ejerciendo una gran y peligrosa presión.
Eso debe de asumirlo desde ya la Policía de Carreteras, para evitar una situación catastrófica, puesto que como se ha advertido, el antiguo cruce está absolutamente desgastado y registra problemas constantemente.
Como demostración de que la vigilancia es urgente, cifras de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar) señalan que unos 650 camiones pasan a diario por allí.
Ese intenso tráfico que se traduce en cientos de toneladas de carga, implica también la necesidad de que se mantenga un plan especial de mantenimiento al puente y que se le hagan adecuaciones el trayecto vial entre Urimaco y Termotasajero como ruta alterna.
Como punto de conectividad tan importante para la competitividad de Norte de Santander, no se entiende cómo se tardó tanto en lograrse la ejecución de este proyecto, al cual todavía le va a quedar faltando la variante de 2.8 kilómetros entre el nuevo puente a salir a la antigua hacienda Borriqueros, para que el transporte pesado no entre más a El Zulia.
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