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Editorial
El Gran Santander
Uno de los hilos conductores de esta tan necesaria unión es la protección del páramo Santurbán.
Jueves, 20 de Agosto de 2020

Ojalá el frío paramuno de Berlín permita que la ceremonia que se cumplió allí entre los gobernadores Mauricio Aguilar y Silvano Serrano, de Santander y Norte de Santander, no solamente se quede congelada en el tiempo sino que se pueda darle vida al viejo anhelo de que el Gran Santander consolide y saque adelante proyectos para beneficio de sus habitantes y del país.

Uno de los hilos conductores de esta tan necesaria unión es la protección del páramo de Santurbán que no solamente es trascendental por encontrarse dentro de sus territorios  sino por el significado que tiene en asuntos como la biodiversidad y la conservación del agua, que en caso de verse amenazados por la extracción aurífera le abonaría el camino a los desastres del cambio climático y a una futura sequía.

Tener ese objetivo común en la agenda de las dos administraciones que en su conjunto representan a los pobladores de 127 municipios, es un paso en el camino correcto en la construcción de un desarrollo amigable con la naturaleza, a la cual de aquí en adelante, así no se quiera admitir, debe de tenerse en cuenta para seguir evitando pandemias, por ejemplo.

Estas palabras de Serrano: “promover la protección de los páramos, humedales y demás riquezas naturales y generar proyectos conjuntos que generen desarrollo y la protección de Santurbán (...)”, y estas de Aguilar “(...) por la defensa permanente de nuestro páramo de Santurbán, que desde su formación natural ha regalado las aguas que han tomado nuestros pueblos”, deben ser muy tenidas en cuenta y sometidas a escrutinio permanente.

Ahora, lo que se tiene que hacer para que el acuerdo de voluntades de creación de la Región Administrativa y de Planificación tenga sentido, es que los propósitos para darle ‘vida’ a ese Gran Santander que desde tiempo atrás se ha tratado de consolidar, tengan unos encargados que se pongan desde ya a trabajar en ello.

Los sectores público y privado, la academia y otros sectores de la sociedad de ambos departamentos tienen que ponerse manos a la obra para que este sueño muy pronto comience a tener realidades concretas, que animen a seguir consolidándolo.

El mejoramiento de la conectividad, el mantenimiento de troncales y vías, además de garantizar la navegabilidad del río Magdalena y la reactivación del transporte ferroviario, es uno de los ejes consignados en el acuerdo que debe empezarse a concretar de forma inmediata.

Lo mismo debe hacerse en el punto relacionado con el desarrollo productivo y fortalecimiento empresarial con enfoque en la competitividad, la internacionalización, la modernización y la productividad para micros – pequeñas empresas y para el sector agricultor.

Consolidar una labor conjunta en esos puntos señalados, claramente elevaría a la región a un sitial desde el que podría empezar a construir un desarrollo consolidado que derive en un sector empresarial sólido, que los dos departamentos tengan la posibilidad de llevar el desempleo a un solo dígito, romper el cuello de botella de la conexión vial y consolidar sectores como el del turismo y la agroindustria que son fundamentales para una zona como la nuestra.

La bancada de Norte de Santander y de Santander en el Congreso también tendría dentro de la figura del Gran Santander, una consolidación y mayor fortaleza para reclamarle o solicitarle al Gobierno Nacional el apoyo requerido para esta zona del país. Ojalá lo sucedido en Berlín sea la primera piedra de un sólido futuro.  

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