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El peligro sigue suelto

La idea de no podemos andar sin cuidarnos la ratifica el DANE cuando detecta que en  Norte de Santander también ese virus se puso por encima del homicidio y de otras enfermedades, como el principal motivo de muerte.

Negocios nocturnos rompiendo los protocolos de bioseguridad y más concurridos que en los tiempos en que la gente consumía licor sin restricción alguna, llevan a creer que no está pasando nada, cuando lo cierto es que en Cúcuta, Norte de Santander y Colombia, la amenaza de la pandemia sigue al rojo vivo.

Pero lo peor es que siguen encontrándose personas que van por las calles sin el tapabocas o lo llevan mal puesto o se suben a la buseta y se lo ponen como  babero o que en sus lugares de trabajo tampoco respetan ni acatan las normas para prevenir los contagios con el coronavirus.

Y lo más particular del caso es que mientras ese relajamiento va en aumento, en la capital nortesantandereana la intención de vacunarse contra la COVID-19 es del 61,7 %, de acuerdo con la encuesta de Pulso Social elaborada por el DANE.

Y para quienes desafían a esta enfermedad que ya cumplió un año en el planeta, es bueno refrescarles la memoria diciéndoles que el coronavirus fue la principal causa de muerte en Colombia en 2020, con 50.071 fallecidos, teniendo en cuenta una contabilización que dio a conocer el organismo estatal de estadística.

La idea de no podemos andar sin cuidarnos la ratifica el DANE cuando detecta que en  Norte de Santander también ese virus se puso por encima del homicidio y de otras enfermedades, como el principal motivo de muerte, al sumar 2.244 defunciones confirmadas por coronavirus.

Sin embargo, la situación de mortalidad podría empeorar porque hay registradas 507 muertes como sospechosas de haber sido provocadas por la pandemia, poniéndonos además en el séptimo lugar de la lista preliminar de defunciones .

Hasta ayer teníamos 51.736 casos confirmados en una región como la nuestra en donde la vacunación muestra un avance del 63,4% frente a la cantidad de dosis enviadas por parte del Ministerio de Salud, aspecto que implica no bajar la guardia puesto que el peligro anda suelto.

Y para los desaplicados que no se cuidan, bueno es recordarles que aquí estamos bajo la amenaza de la cepa brasileña, que es más contagiosa, que hace presencia en Venezuela, y que en Brasil la están pasando muy mal, con un sistema sanitario a punto de colapsar.

Ahora que escuchamos sobre una inminente tercera ola y que recientes muestreos indican los males económicos y sociales provocados por el virus, es tiempo de entender que si uno se cuida está ayudando a salvar a los demás y a proteger el empleo y a la misma economía.

Démonos cuenta que actuar displicentemente en el uso del tapabocas o en guardar el distanciamiento físico o en olvidar el lavado de manos, implica riesgos a la salud, a la vida y conduce a paralizar las actividades básicas de la sociedad en general.

Hay que entender que este año de pandemia nos está diciendo que muchas cosas no volverán a ser iguales a 2019 hacia atrás,   y que no podemos romper esa inexorable cadena de salud-vida-economía-estudio-trabajo porque muchas de las costumbres que estamos adquiriendo ahora en esta ‘etapa extrema’ pasarán a convertirse en un comportamiento natural en la nueva normalidad que estamos construyendo. Por eso, Semana Santa debe de ser un período de cuidado entre todos para superar con éxito esta encrucijada.
 

Sábado, 27 de Marzo de 2021
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