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Editorial
Empleo y más empleo
Y vino el ministro Restrepo a escuchar a un segmento de la población que no la está pasando muy bien, a pesar de ser el que llevará sobre sus hombros el peso del futuro del país como generación de relevo: los jóvenes.
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Martes, 6 de Julio de 2021

Hay que reconocer que  al menos  en esta oportunidad Cúcuta apareció entre las ciudades donde el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, asistió a para reunirse con la juventud y los empresarios en medio del consenso nacional que está construyendo para el nuevo proyecto de reforma tributaria que se llevará al Congreso.

Eso nunca lo hizo, por ejemplo, el renunciado exministro Alberto Carrasquilla, a quien por lo demás muy pocas veces se le vio por aquí, aunque en Norte de Santander sí dejó el sinsabor de los cuestionados bonos del agua en nueve municipios.

Y vino el ministro Restrepo a escuchar a un segmento de la población que no la está pasando muy bien, a pesar de ser el que llevará sobre sus hombros el peso del futuro del país como generación de relevo: los jóvenes.

El mismo Estado, por intermedio del DANE, ha reconocido en sus estadísticas que en Cúcuta el desempleo juvenil alcanza el 24,2 %, mientras en Colombia esa tasa se ubica en el 26,6 %, generando un gran dolor de cabeza.

Ese hecho de falta de oportunidades para la población no mayor de 28 años, en la que también hay miles dentro del fenómeno de los ‘ninis’ que no estudian  ni trabajan, es uno de los factores que llevó a la protesta social y que por lo que se ha visto, el Gobierno Nacional tendría la intención de empezar a enmendar el problema.

Pero tanto el encargado de manejar las  finanzas nacionales como nosotros, debemos recordar que nuestra ciudad es campeona en informalidad, con un nivel del 69,1% en el trimestre marzo-mayo de este año, probando que lastimosamente el incesante rebusque es el día a día de miles de personas en la región.

Por eso en su agenda el funcionario se llevó anotado para Bogotá que los jóvenes le han pedido ‘empleo, empleo y más empleo’, al igual que fortalecer el apoyo al emprendimiento, como prueba de no querer nada regalado, y de que están muy preocupados por el problema que los asedia a ellos y sus familias.

Debería el Gobierno Nacional, ahora que habla de real austeridad, con esa plata que se ahorre en gastos innecesarios extender por un largo tiempo el subsidio equivalente al 25 % de un salario mínimo a los empleadores que formalmente vinculen a trabajadores de entre 18 y 28 años.

Con esas acciones para garantizar el acceso a fuentes de empleo, la vigorización de los emprendimientos y la conversión en política de Estado a largo plazo de la matrícula cero en las universidades públicas -en una bolsa en que participen las gobernaciones y alcaldías-el Gobierno Nacional estaría poniendo la primera piedra para que en el mediano plazo el Inri de la  falta de oportunidades entre millones de jóvenes colombianos, disminuya drásticamente.

 Y ojalá también que para los microempresarios se les extienda el subsidio a la nómina, como lo han pedido, y en lo cual existe una luz para la negociación al asegurar el ministro que por lo menos se podría mantener por seis meses más.

Ese cambio de discurso de las autoridades económicas-alejado de la posición fiscalista rigurosa- permite por lo menos tener la esperanza de que no se afectará ni a las clases vulnerables ni a la clase media ni se tocará el IVA ni la canasta familiar y que no habrá ampliaciones de personas naturales en el impuesto de renta y no se tocarán las pensiones.

Eso al menos confirma que a la corrupción sí se le puede quitar dinero lo mismo que a la evasión y al desmonte de las multimillonarias exenciones tributarias.

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