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¿En serio, desean guerra?

Realmente, nada hay peor que una guerra entre dos países armados con el fin de pelearse, como pasa entre Colombia y Venezuela. 

La guerra siempre es una opción en las relaciones internacionales, incluso en el caso de Colombia y Venezuela. Pero, para contrariedad de quienes la desean, muy probablemente quedarán esperándola. Una guerra no es un juego de niños, es la peor catástrofe que les puede ocurrir a los países. Y de eso sabemos mucho los colombianos. Todos.

Es suficiente con la frase que le atribuyen al general George Patton, cuando invadió Sicilia en la II Guerra Mundial y habló con un periodista: ‘Si no le teme ni a Dios ni a la sífilis, témale a la guerra…’

Realmente, nada hay peor que una guerra entre dos países armados con el fin de pelearse, como pasa entre Colombia y Venezuela. Ambos tienen armas que les han costado mucho dinero, capaces de destruir ciudades y de causar muchas más muertes de las que cualquiera pueda imaginar.

Pero, si fuera por el deseo de usuarios de las redes sociales, Colombia y Venezuela estarían esperando el primer tiro para irse a una guerra de exterminio. Según estas personas, soldados de ambos países están sobre la línea de frontera, tan cerca, que unos pueden escuchar la respiración de los otros…

En ese mismo marco, a cualquier soldado de los 14.000 que hay en tareas de control en el Catatumbo lo califican de una especie de Rambo listo para saltar, armado hasta los dientes sobre Maracaibo, y a cualquier blindado de transporte de soldados en las calles de San Antonio lo llaman poderosísimo tanque de guerra.

Muchos se han convertido en analistas de guerra y geopolítica, y en expertos en armamento y en política internacional, y han creado tal confusión en la opinión, que incluso hablan de que la ayuda humanitaria internacional entrará a Venezuela dirigida por soldados desertores de ese país, armados por Estados Unidos y otros países, entre ellos Colombia, y piden a los habitantes apoyarlos y estar listos para convocar apoyo de ejércitos de cinco países, algunos tan lejanos como España…

Lo que hacen esas personas, tanto acá como allá, está muy mal. Pero está peor que otras crean y ayuden a difundir mensajes que, muchas veces, no tienen ni pies ni cabeza, pero sí contribuyen a la desinformación más rampante de los últimos años en la región y a generar una zozobra insoportable. El momento obliga a ser mesurados, a usar responsable y controladamente las redes sociales.

Y quienes los siguen, ojalá se detuvieran a pensar por un momento en todo lo que implica para España, por ejemplo, enviar tropas desde allá para pelear una guerra que no es suya y que le acarreará más problemas de los que ha tenido en toda su historia reciente.

Pero, si de todas maneras, hay personas que quieren que comience a sonar el tiroteo, pues sería muy coherente que se unieran a cualquiera de los bandos en lucha, y experimentaran lo que es la guerra. Porque el ejemplo que están dando es el de azuzadores.

Al menos el de Colombia es un gobierno que, en vez de la guerra, tiene cosas pendientes a las que debe atender de inmediato y  que son de mucha importancia en el desarrollo del país.

Lunes, 4 de Febrero de 2019
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