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Enfermedad económica

La cotización va en caída libre, llegando el petróleo Brent a 33,45 dólares el barril.

Dólar disparado a niveles nunca antes vistos y un precio del petróleo cayendo a índices históricos son los impactos que se abaten, actualmente, contra la economía colombiana, por razones del contagio generado por el coronavirus y la guerra petrolera mundial.

Como Arabia Saudita y Rusia determinaron seguir produciendo crudo a máxima capacidad, llevando a una sobreoferta el mercado mundial del ‘oro negro’, la cotización va en caída libre, llegando el petróleo Brent a 33,45 dólares el barril, cuando hace escasamente un mes estuvo cerca de alcanzar los 70 dólares.

Para la economía colombiana ese es un impacto demoledor, muy similar al de una grave enfermedad contagiosa, al empezarse a abrírsele un boquete porque los ingresos externos provenientes del sector minero-energético estaban presupuestados sobre los 60 dólares el barril.

Debemos recordar que el crudo es el principal producto de exportación de Colombia, la cuarta economía latinoamericana según el Banco Mundial.

Y mientras por un lado el boquete se va haciendo cada vez más grande, por otra parte empieza a generar preocupación entre el Gobierno Nacional y los empresarios por el encarecimiento de la deuda externa, porque al estar el dólar en un techo de $3.835, pues lógicamente que se deben buscar más pesos para poder obtener los dólares para atender las acreencias y pagos en el exterior.

Caso contrario ocurre con los exportadores o quienes reciben remesas cifradas en dólares enviadas desde diferentes partes del mundo, ante el desplome del peso colombiano frente a la divisa  estadounidense.

Aunque las autoridades colombianas salieron a comentar que los fundamentos económicos se “mantienen sólidos y permiten absorber los choques externos” sin “traumatismos severos sobre la actividad real y la estabilidad financiera”, ya se escuchan comentarios de expertos planteando cambios.

 Entre ellos se encuentra el presidente de la Bolsa de Valores de Colombia, Juan Pablo Córdoba, que le planteó Gobierno Nacional modificar los esquemas para “no podemos seguir dependiendo del petróleo como fuentes de ingresos externos, el país debe hacer un gran esfuerzo de diversificación de su canasta exportadora”.

Voces como estas hay que escucharlas, puesto que no se puede arriesgar poniéndolo todo en una sola canasta, y menos en instantes en que cualquier movimiento en el punto más lejano o cercano, desencadena en dramáticas situaciones como las que ahora afectan a la economía mundial.

La diversificación de las exportaciones, que lógicamente no se hace de la noche a la mañana, es una adecuada fórmula para proteger los volúmenes de recursos externos, con el fin de no tener que adoptar otro tipo de medidas que finalmente golpeen a la mayoría de los colombianos.

Luego esto se trata de planes macroeconómicos que deben de ir más allá de mantener los buenos puntajes ante las calificadoras de riesgo, puesto que fiscalmente ir de nuevo a cargarles más impuestos a la población no resultaría ni bueno ni efectivo ni mucho menos popular, pudiendo convertirse en una medida regresiva.

 En estos momentos es entonces indispensable empezar a trazar derroteros para rectificar lo que sea necesario y de esa forma empezar a entender que es urgente ajustar algunos aspectos del modelo económico nacional, en donde el sector productivo y el mismo agro deben ser fortalecidos, protegidos y favorecidos con mejores estrategias para elevar la productividad, garantizar mejores niveles de empleo y conjurar la competencia desleal proveniente del exterior.

Jueves, 12 de Marzo de 2020
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