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Gramalote

Por eso el nuevo Gramalote,  siguiendo lo expuesto por dicho estudio, está llamado a convertirse en modelo a seguir en la región y el país.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha pedido la declaración del estado de emergencia climática en el planeta, asunto que aunque  ustedes no lo crean,  tiene mucho que ver con Gramalote, que en 2010 sucumbió y en 2020 está terminando de resurgir.

La magnitud de lo ocurrido en aquel diciembre de hace diez años es tal,  que Displacement Solitions, una organización de Derechos Humanos, con sede en Ginebra,  elaboró el informe “Desplazamiento climático y relocalización planificada en Colombia: el caso de Gramalote”.

El documento sirve para evidenciar que así como los conflictos armados y políticos llevan al desarraigo,  ahora La Tierra enfrenta el desplazamiento climático, como sucedió con el municipio gramalotero que se destruyó por eventos naturales extremos.

El análisis de la organización internacional argumenta que a nivel global “la relocalización planificada de los pueblos que huyen de los desastres climáticos sigue siendo un proceso nuevo con pocas experiencias para aprender”.

Por eso el nuevo Gramalote,  siguiendo lo expuesto por dicho estudio, está llamado a convertirse en modelo a seguir en la región y el país,  por  lo cual es muy importante que se llegue pronto al ciento por ciento del plan,  que ya ha sido ejecutado en el 98 por ciento.

Pero, además, el Banco Mundial ha tenido manifestaciones de elogio para el caso gramalotero: “El reasentamiento de Gramalote no es sólo un proyecto orientado a la reducción de riesgo, se trata del restablecimiento de un territorio social y político integral, además de la reconstrucción de redes de capital social y cultural”.

Que exista esa visión internacional sobre lo logrado con el proyecto para darle vida a Gramalote, que lamentablemente se destruyó en la temporada navideña de 2010, es motivador pero también encierra grandes desafíos.

Uno de ellos es mantenerlo como municipio modelo de adaptación y mitigación frente al cambio  climático, que atañe a todos los comportamientos ciudadanos,  económicos y productivos, pues esa localidad será referente para para lo que deba hacerse por el recrudecimiento de la crisis climática y su impacto sobre la humanidad.

Debemos recordar que la inversión en el nuevo Gramalote por parte del Fondo Adaptación asciende a $548.000 millones, donde en esta Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos podrán disfrutar en el calor de su pueblo quienes hace una década debieron huir del antiguo casco urbano, en el que en medio de la nada siguen erguida una parte de la derruida iglesia San Rafael.

Y para cerrar otro dato sobre la razón para que se cruce lo dicho por el jefe de la ONU con nuestro pueblo modelo ambientalmente: si la temperatura en el globo sube tres grados centígrados más en este siglo,  se disparará el desplazamiento climático y habrá que hacer relocalización planificada en muchas partes del mundo,  incluyéndonos nosotros.

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Domingo, 13 de Diciembre de 2020
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