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Inseguridad cucuteña

Tener entre enero y noviembre del año pasado 222 muertes violentas y registrar 281 denuncias de hurtos a residencias es muy preocupante.

El robo a una sucursal bancaria, el atraco a un taxista que fue asesinado por los asaltantes, el hurto de celulares, la acción de los ladrones en cualquier esquina  de Cúcuta y el robo del carro a una familia que disfrutaba del renovado monumento de Cristo Rey, son algunos de los hechos más recientes de inseguridad ciudadana.

Diecisiete lugares de la ciudad fueron inicialmente identificados y focalizados  por las autoridades como donde más  hechos delictivos atentatorios contra la vida, honra y bienes de los ciudadanos, razón por la cual figuran como de urgente intervención interinstitucional para intentar conjurar los problemas que afectan la seguridad.

Llama la atención que en el acto de presentación de la estrategia, el alcalde Jairo Yáñez indicara que en la ciudad “somos 840.000 alcaldes”, mensaje que lleva un poderoso llamado al empoderamiento y a la unidad, para cerrar filas en contra de ese creciente mal.

Lo anterior lleva implícita una alianza entre la policía y el ciudadano con el fin de fortalecer las acciones preventivas, de vigilancia y de denuncia que solo se logran mediante un real trabajo en equipo que finalmente lleve a la recuperación de la confianza y a una efectiva lucha frontal contra la delincuencia y varios de los factores que la tienen disparada en esta ciudad fronteriza.

La presencia policial en las calles la mayoría de las veces lleva a reducir la percepción de inseguridad, pero esa función hay que complementarla con requisas, exigencia de documentos y una investigación efectiva para ir detrás de aquellos que se ocultan como verdaderos responsables de esa inseguridad en las calles de nuestro querido valle de doña Juana Rangel de Cuéllar.

Tener entre enero y noviembre del año pasado un total de 222 muertes violentas y registrar 281 denuncias de hurtos a residencias  es algo muy preocupante que debe llamar la atención y que lógicamente requiere de planes para  conjurarlos.

Otras estadísticas dadas a conocer por la misma Alcaldía y que confirman la dramática ola de robos en la ciudad, tienen que ver con las 349 denuncias de hurtos a establecimientos comerciales durante 2019 y los 184 hurtos de motos y 22 de carros denunciados el año pasado. ¿Y los casos que no se dieron a conocer a las autoridades?

Eso sería bueno intentar establecerlo, porque por un lado llevaría a confirmarse que los cucuteños no se están quejando por quejarse, sino que el hampa  está desbordada y haciendo de las suyas, y lo otro, que posiblemente no hay más denuncias porque los ciudadanos, tal vez, pudieran estar desilusionados y no creen en la efectividad de las autoridades.

Ahí, en se punto, también tiene que profundizarse porque un cambio es necesario en cuanto a las acciones tanto de quienes combaten la inseguridad en las calles y en las entidades encargadas de administrar justicia.

Cúcuta debe ser rescatada, porque es evidente como lo expusiera el propio alcalde, que aquí confluye el gravísimo problema  que origina el narcotráfico proveniente del Catatumbo y la desbordada inmigración, por lo cual se insiste y es fundamental que Migración Colombia fortalezca los controles, ya que no es un secreto para nadie que somos estación para el arribo de delincuentes venezolanos, aparte de la presencia de bacrim y guerrilla en las goteras de  la ciudad.

Viernes, 24 de Enero de 2020
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