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Editorial
La Fiesta del Libro
Debe ser la gran oportunidad para visibilizar a quienes tienen protagonismo cultural en la región.
Sábado, 31 de Agosto de 2019

La Fiesta del Libro de Cúcuta no es el único evento cultural que irradie el entorno local. Hay entidades dedicadas a promover la música y la danza. La Academia de Historia de Norte Santander es consecuente con sus objetivos y siempre está pendiente de la efeméride que le de renombre a la nación. El Área Cultural del Banco de la República mantiene programación de calidad de diversos contenidos. La Fundación El 5 a las 5 también patrocina conferencias y tertulias que son positivo aporte al conocimiento y a la información. Las universidades, con menor énfasis, realizan jornadas que contribuyen a la erudición. A todo ello hay que agregarle los gestores, los cuales forman una especie de voluntariado con disposición a darle apoyo a eventos y actividades con expresión de talento humano.

Hay que reconocer, de todas maneras, que la Fiesta del Libro de Cúcuta, ha sobrepasado en cantidad y calidad a todo cuanto se hace en función de la cultura.

Esta noble Fiesta induce a la lectura y pone al alcance del público diferentes ofertas en todos los géneros y estilos propios de la literatura. Y se promueve el cine. Hay debate en torno a temas de interés político, o económico. Concurren a si mismo diferentes productos culturales. Es un repertorio de creaciones que enaltecen la existencia humana y muestran las posibilidades que pueden tenerse en la vida.

En el ámbito local la Fiesta de Libro genera espacios de participación que deben tener el mejor aprovechamiento. Es un puente que une, pero necesita actores que intervengan con la debida amplitud a fin de que se beneficien con resultados que puedan obtenerse, inclusive convirtiéndose en corriente irrigadora de nuevas posibilidades en la esfera de la creación intelectual, sin que esto pueda llevar a posturas extrañas, que no son deseables.

Hay que seguir fortaleciendo la Fiesta del Libro, a fin de que a futuro el evento se convierta en uno de los más importantes del país y de América Latina. Esto puede ser una utopía, pero es posible, si se aplican recursos que amplíen la oferta con actores que aporten prestancia por la calidad de sus actos y de sus obras.

La Fiesta del Libro también debe ser la gran oportunidad para visibilizar a quienes tienen protagonismo cultural en la región.  Hay que estimularlos y hacer que su obra no quede cubierta por la indiferencia, como ocurre en muchos casos desafortunadamente.

Adquiere en esta ocasión mayor relevancia la Fiesta del Libro con la conmemoración de los cien años de la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero. Este establecimiento, que es patrimonio cultural de Cúcuta, ha tenido un acertado manejo y está llamado a continuar en la línea de ascenso sostenible. Su utilidad está reconocida y debe hacer parte de la red internacional de instituciones promotoras del conocimiento.

En este espacio de la Fiesta del Libro y del centenario de la Biblioteca Julio Pérez Ferrero cabe el reconocimiento a Julio García-Herreros, por el buen desempeño  que ha tenido en la dirección de instituciones que tanto representan para la cultura. 

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