Que hasta ahora lo confiese, es parte de la enmarañada lógica con la que Donald Trump actúa. Pero que lo admita, es algo que se sale de sus cánones. Y lo reconoció: está frustrado por los pocos avances en la estrategia de Estados Unidos para derrocar a Nicolás Maduro.
Cree el veleidoso presidente que John Bolton, su Consejero para la Seguridad Nacional, el halcón con las garras más largas y filudas de la Casa Blanca, lo quiere meter en una guerra, y siente que él y otros funcionarios lo han engañado respecto de lo que tiene que hacer en Venezuela.
Según The Washington Post, Trump ‘se siente engañado sobre lo fácil que le habían planteado que sería reemplazar a Maduro por el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, a quien reconoce desde comienzos de año como gobernante interino’.
En este sentido, Trump coincide con millones de personas que sostienen que Estados Unidos, Colombia y los demás países que buscan la salida de Maduro, han calculado mal todos los pasos que han dado. Todo quedó en evidencia universal el 23 de febrero, con la operación diplomático-militar que, con el pretexto de llevarles ayuda a los venezolanos más necesitados, pretendía iniciar la ofensiva final contra el régimen socialista bolivariano. Ese día, todo fracasó desde antes de comenzar…
Desde entonces ninguna acción encaminada a generar un cambio de gobierno ha dado el resultado esperado.Y tratándose de un presidente que controla medio planeta, todo fracaso se convierte en ridículo para Trump y sus muchachos…
Trump, a quien se considera por encima de engaños y tretas, se ha quejado, dice el Post, de que Bolton y otros de sus asesores subestimaron a Maduro, a quien considera un elemento ‘duro de roer’ y no debieron haberle hecho creer que Guaidó lo iba a derrocar con protestas en la calle y frente a los cuarteles, la semana pasada.
Y aunque la versión del diario dice que intervenir en Venezuela es una política intervencionista contraria a la postura del presidente Trump de mantener a Estados Unidos alejado de los problemas de otros, la verdad es que situaciones como estos episodios de Venezuela le interesan mucho al gobierno de Washington. Al presente y a todos los gobiernos, pues para ellos intervenir en cualquier parte es su deporte favorito de todos los días.
En cuanto a la posibilidad de la guerra en la que Bolton busca meter a Trump, fuentes de mucha importancia le dijeron al diario que un comentario del presidente al respecto, hecho anteriormente como broma, parece ahora ocultar preocupaciones más serias. Posibilidades como esta son resultado de tener halcones como asesores.
Si, como parece, Trump se opone a la guerra y a la intervención, así sea solo de labios para afuera, ¿qué queda, entonces, como fórmula de Estados Unidos para solucionar la compleja crisis de Venezuela?
Según altas fuentes de Washington, la solución para los graves problemas de Caracas pasa por un ‘largo recorrido’ diplomático, pues el propio Trump, en su fuero íntimo, al parecer nunca ha pensado en que haya una solución rápida.
