El Plan de Ordenamiento Territorial de Cúcuta va a entrar en nueva fase y a eso apunta el trámite del proyecto correspondiente.

Dado que el POT es “un cuerpo normativo básico de planificación y regulación urbana conformado por normas técnicas”, requiere un estudio riguroso que garantice la coherencia de las disposiciones que contenga.

Conviene tomar en cuenta en la adopción del POT: “Es una herramienta indispensable para hacer realidad las políticas territoriales de la municipalidad, cuyo fin primordial es simplificar la normativa existente, buscando dar más claridad en la información, más certeza a los vecinos residentes e inversionistas, y proveyendo principalmente calidad de vida a sus habitantes”.

El Plan de Ordenamiento Territorial de Cúcuta en su nueva fase debe tomar en cuenta la realidad de este municipio, o sea, su economía, composición social, los recursos disponibles y el manejo de estos, su entorno ambiental, las características de su crecimiento y por consiguiente el uso de su suelo. La precisión que se tenga al respecto permitirá decidir mejor el direccionamiento del desarrollo.

Nada debe quedar al azar a fin de que la visión sobre el futuro no dependa de apreciaciones frágiles sino que sea el resultado de certezas libres de improvisaciones.

Es una responsabilidad de los concejales aprobar el plan con suficiente estudio de su contenido. Es decir, mediante comprobaciones y debates, consultas y reflexiones con articulaciones al conjunto de lo que se va a disponer. Pero no puede ser esa una tarea aislada o reducida a la mera voluntad de los legisladores municipales. 

Ni puede ser tampoco un asunto que solo conozcan unos pocos. Alrededor del POT se imponen debates públicos y abiertos.

Hay que agregarle con el mayor espíritu democrático el aporte de otros sectores de la comunidad, como los gremios, los dirigentes comunitarios, los estudiantes. Es la conveniente participación de quienes tienen que ver con los manejos de la ciudad en la cual viven.

El del POT es un debate abierto y debe recibir las propuestas y observaciones de quienes estén en capacidad de ofrecer ese aporte. Porque en esta nueva fase esa hoja de ruta debe responder al interés de la comunidad y tomar en cuenta la creación de condiciones que le den al crecimiento del municipio una dinámica de satisfacciones mediante el aprovechamiento de los elementos que consolidan los diferentes procesos que hacen parte de la construcción de la entidad municipal en todos sus aspectos. Conviene no caer en espejismos y decidir el ordenamiento del territorio conforme a lo que sea de mayor utilidad para su población. 

El crecimiento tiene que darse sin desbordamientos y desvíos, evitando distorsiones que pueden comprometer negativamente el futuro de un municipio llamado a alcanzar el más alto nivel de vida para sus habitantes. 

No hay que perder de vista los principios que son la esencia del Plan de Ordenamiento Territorial. 

Lo que se decida al respecto debe poner a Cúcuta entre los municipios con capacidad de tomar un rumbo acertado en el manejo de su territorio. Y se requiere que tal iniciativa tenga el acompañamiento de todos y que las autoridades de control también se integren a esta empresa.