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Por tal motivo a muchos les tocará un apretón de cinturón y optar por la racionalidad en el gasto.
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Martes, 29 de Noviembre de 2022

Tradicionalmente en diciembre el volumen de gastos en los hogares colombianos se mueve en altos niveles de consumo para los regalos de la temporada navideña y las compras de alimentos y bebidas para las tradicionales cenas.

En la medición de Raddar para el último mes de 2021, la cantidad que gastaron los colombianos se situó en los 91 billones de pesos, equivalente a un crecimiento en términos reales del 4,7 por ciento.

Hay un elemento que no debemos olvidar y es que ahí veníamos de un atípico 2020 en el que la economía global fue paralizada por la crisis que desató la pandemia del coronavirus. En ese diciembre restrictivo, los hogares gastaron en la temporada decembrina una suma superior a los 83 billones de pesos.

Las proyecciones para este final de 2022 tienen como antecedentes que hasta octubre pasado el crecimiento de los gastos hogareños se situaron en una tasa del 16,65 por ciento anual, lo cual necesariamente no significa que estén comprando más sino ser un reflejo de la mayor inflación, la carestía del crédito y de los productos básicos de primera necesidad y el mismo impacto del dólar.

Lógicamente la realidad será la encargada de tener la última palabra, en una temporada en que millones de trabajadores formales recibirán su prima de Navidad que en la mayoría de las veces es utilizada precisamente para las compras de vestuario, calzado, electrodomésticos y alimentos.

En esta oportunidad, cerca de diez millones de trabajadores públicos y privados percibirán un monto total cercano a los 10.3 billones de pesos de la prima de fin de año, según el cálculo que fuera dado a conocer por Asofondos.

Precisamente los analistas han observado el fenómeno de la elevada  ‘propensión marginal’ a consumir por parte de los hogares al obtener ese recurso que hace parte del salario, y el cual destinan en su mayoría a toda clase de gastos, aunque otros también aprovechan para pagar deudas y muy pocos al ahorro.

Y aunque la incertidumbre aflora, la entrada de esos diez billones de pesos a la economía en este tiempo es un elemento favorable que ayudará a que por lo menos el consumo en este periodo decembrino sea semejante al del año pasado.

Dentro de toda esa dinámica de la temporada, los cucuteños por ejemplo se encontrarán con el agrio ingrediente de la incontenible inflación que les hará destinar más dinero para las hayacas navideñas, cuyos ingredientes están mas costosos y con riesgo de seguir subiendo de precio de manera incontrolable.

Por tal motivo a muchos les tocará un apretón de cinturón y optar por la racionalidad en el gasto, porque no se pueden olvidar que hay otros compromisos ineludibles e igualmente caros, como son los servicios públicos.

En este tiempo en que la economía está resultando afectada por una mezcla de hechos internos y externos, las mejores fórmulas son la prudencia, la planeación y el control para tratar de evitar que los ingresos sean devorados por la inflación que puede terminar este año por encima del 12 por ciento y la devaluación de nuestra moneda.

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