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Editorial
La vacunación
Como lo estamos advirtiendo, así vaya en crecimiento la protección mediante la aplicación de los biológicos, el virus con sus variantes todavía subsiste como un riesgo de alta peligrosidad, razón por la cual no se puede bajar la guardia.
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Sábado, 15 de Enero de 2022

Un total de 839.388 personas en Norte de Santander cuentan con el esquema completo de vacunación contra el coronavirus, que incluso ya está cubriendo a la población indígena, lo cual representa un importante avance para salvar la vida, proteger la economía y salvar más empleos.

Fundamental ha resultado que al 10 de enero de 2022, al departamento llegaron un total de 2’065.587 dosis, de las cuales 2’026.348 fueron entregadas en los 40 municipios, siendo aplicadas 1’927.607 de estas vacunas.

Pero como lo estamos advirtiendo, así vaya en crecimiento la protección mediante la aplicación de los biológicos, el virus con sus variantes todavía subsiste como un riesgo de alta peligrosidad, razón por la cual no se puede bajar la guardia.

Sin embargo, en esta semana que termina hubo un hecho particular en Norte de Santander, donde siempre la alta letalidad de la pandemia resultaba siendo la impronta. El 9 y 12 de enero no hubo fallecidos por la pandemia, lo cual debe de empezarse a ver como un hecho importante.

Leyendo esas estadísticas oficiales pudiera observarse que el plan estructurado de la lucha de contención y de extinción de la pandemia mediante las vacunas y los protocolos de bioseguridad, en su conjunto estaría comenzando a arrojar luces de esperanza en la lucha contra ese mal que nos ataca desde 2020.

Pero debemos admitir que esto es como una montaña rusa, porque mientras en unas oportunidades se aprecian importantes descensos, en otros los casos de contagio suben con fuerza, como acaba de ocurrir, cuando un día fueron de 303 y a las 24 horas la contabilización de personas afectadas por el coronavirus llegó a los 456, con seis muertos.

Lo esencial en medio de esta batalla sanitaria, es continuar utilizando los biológicos para generar la protección, que para el caso de Cúcuta muestra que 581.961 personas al menos se han aplicado una vacuna, 378.806 dos dosis, 83.688 la dosis única que es ofrecida por la farmacéutica Janssen y 51.083 que cuentan con la de refuerzo.

La gran prueba de este procedimiento la vamos a ver en Colombia en pocas semanas cuando de acuerdo con lo ordenado por el Ministerio de Educación y ratificado por el presidente Iván Duque, se dará el regreso obligatorio a clases presenciales en colegios, universidades e instituciones tecnológicas.

Porque recordemos algo. No es solo que los establecimientos educativos retornen a las aulas. No.

También deberá medirse qué va a suceder con el regreso de unos pasajeros que no habían vuelto al transporte urbano desde marzo de 2020, como son los estudiantes.

Además, ese cúmulo poblacional que se calcula en diez millones en el país, estará de nuevo en las calles, en las cafeterías, en las bibliotecas, en los negocios de fotocopias, en las papelerías y librerías, con un contacto permanente con el resto de ciudadanos.

Con el fin de prevenir riesgos porque las aglomeraciones serán evidentes, lo que debe de primar es el uso adecuado y obviamente obligatorio de los tapabocas, así como el lavado permanente de manos y seguir pidiendo en carné de vacunación en los lugares que determine el Gobierno Nacional.

Ese será un importante reto, frente al cual las autoridades nacionales y locales de salud deberán  estar muy atentas para hacer los respectivos ajustes, con el apoyo de los padres de familia y de los mismos alumnos que deben entender que la normalidad de hoy ya no es como la de finales de 2019 y principios de 2020.

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