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La ZESE

Tendríamos que empezar a ver el surgimiento de una región productiva y próspera.

Llegó la hora de lanzar una estrategia para vender a Cúcuta y el área metropolitana en Colombia y en el exterior, teniendo como portaestandarte la Zona Económica Social Especial (ZESE), para atraer inversionistas que instalen industrias y generen empleo aprovechando los beneficios tributarios contemplados.

 Al mismo tiempo, las empresas existentes en la región que durante años han capoteado los temporales y soportado todos los problemas habidos y por haber, tienen una oportunidad de doble vía. Favorecerse con el 0% del impuesto de renta por cinco años y una reducción del 50% durante otro tiempo similar. Y crear empleos formales en el equivalente al 15% del promedio de la nómina de los últimos dos años y mantenerlo en el tiempo de vigencia del régimen especial. 

Los empresarios que lleguen por primera vez a la región lograrán esa medida tributaria muy favorable, que en las calles se deberá reflejar en una disminución del desempleo y el subempleo que nos tiene en los primerísimos lugares, con delicados índices que llegan al 16,5% y al 72,1%, los cuales son la señal directa de la grave crisis social que se registra en la región, que conducen a la innegable pobreza, como se advierte en los barrios deprimidos de la ciudad. 

Entonces, una de las futuras formas de medir los impactos de la materialización de esta esperada promesa presidencial es la disminución de los niveles de desocupación en esta zona fronteriza, donde miles de jóvenes y adultos no cuentan con una fuente segura de ingresos, ni siquiera para cubrir sus necesidades básicas insatisfechas (NBI). 

Luego la ZESE es una oportunidad para que se reconstruya también el tejido empresarial en Cúcuta, Los Patios y Villa del Rosario. En este punto, bueno es recordar una advertencia de Lina Iscalá, gerenta del Observatorio Económico de la Cámara de Comercio: “en la ciudad, la falta de tejido empresarial ha ocasionado que la mayoría de empleos sean de carácter informal”. 

Como puede observarse, si esta medicina es utilizada adecuadamente y en las dosis adecuadas y se administra como debe ser, tendríamos que empezar a ver el surgimiento de una región productiva y próspera, en los que la productividad, el ingreso, el empleo y la disminución de las NBI pasen de ser quiméricos a reales. 

Por lo tanto, a la Andi, la Cámara de Comercio, las alcaldías, la misma Gobernación y otras organizaciones, les llegó el momento de ponerse a trabajar en conjunto para que este anhelado mecanismo reactivador sea realmente aprovechado, puesto que nadie puede desconocer que es urgente desactivar estos males estructurales que nos mantienen estancados. 
No sería descabellado pensar en que los gobiernos locales hagan una jugada y generen, por ejemplo, incentivos en los impuestos predial e industria y comercio, complementarios a la ZESE, con el fin de multiplicar exponencialmente las posibilidades de atraer a inversionistas colombianos, venezolanos, latinoamericanos, europeos, estadounidenses y europeos. 

Estas son las oportunidades que no se deben desaprovechar y en las cuales nuestra zona de frontera debe trabajar unida, con un mismo norte, en el entendido que creando empresas y fortaleciendo las existentes, se logrará mejorar las condiciones sociales y económicas de los nortesantandereanos; es la gran ocasión para pasar la hoja, alejarnos de los nubarrones y edificar una ciudad y un departamento dentro de los parámetros de una sociedad incluyente, empoderada y con la visión puesta en romper los esquemas de la dependencia y lograr vida propia.

 

Jueves, 28 de Noviembre de 2019
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