Las siete peticiones

Se trata de un ejercicio interesante en esta campaña que debería compartirse con los encargados de manejar la parte programática de las candidaturas para que tengan claridad de un departamento como Norte de Santander.

El pasado miércoles santo, La Opinión publicó las consideraciones de varios sectores representativos de Norte de Santander a manera de una interpretación del sermón de las siete palabras dirigido a los ocho candidatos que se disputan la Presidencia de la República.

Se trata de un ejercicio interesante en esta campaña que debería compartirse con los encargados de manejar la parte programática de las candidaturas para que tengan claridad de lo que deberían hacer para el rescate, recuperación y reactivación de un departamento como Norte de Santander.

Y leyendo las siete peticiones no pueden decir los aspirantes a llegar a la Casa de Nariño que  se les esté solicitando algo tirado de los cabellos o cosas irrealizables o que sean pedidos que requieran recursos estratosféricos.

Son solicitudes sencillas y de sentido común que tienen que ver con la vida diaria de una zona de frontera que en los últimos años resultó afectada porque el intercambio comercial binacional está prohibido por Norte de Santander y Táchira y el paso de personas por los puentes internacionales está limitado con el pico y cédula y, lo peor, que no hay relaciones entre Colombia y Venezuela.

Levantar todas esas restricciones y restablecer las relaciones a nivel de embajadas y consulados es algo que la ciudadanía reclama a gritos y que ahí se les expone a los aspirantes presidenciales, quienes deben de saber que al enturbiarse  Bogotá-Caracas, la frontera quedó a merced de la criminalidad.

Y hablando de factores de violencia, que abundan en nuestro territorio, igualmente es acertado lo expuesto de que la región  que requieren de un Estado que les brinde oportunidades de desarrollo a todos sus habitantes.

Por lo tanto, ahí encaja perfectamente lo expuesto por la Cámara de Comercio de Cúcuta sobre la urgencia que el próximo gobierno  haga inversiones estratégicas y de impacto que contribuyan al fortalecimiento sostenible y competitivo del tejido empresarial del departamento.

Y ahí se condensan las solicitudes sencillas y básicas que los habitantes de esta región del país siempre han estado esperando del Estado: empleo formal, reducción de brechas y posicionar al departamento como un espacio atractivo para la consolidación de inversión nacional y extranjera.

Desde el Catatumbo también salieron pedidos que ojalá sean atendidos por quienes ahora buscan el apoyo popular en las urnas el próximo 29 de mayo, puesto que sin duda allí hay que hacer reformas en la política que se ha venido aplicando en materia de orden público, para que deje de ser escenario de confrontación se supere la era de los cultivos ilícitos y se alcance el desarrollo rural integrado con posibilidades agroindustriales.

Obviamente no podía faltar Cúcuta, pero desde la visión de estar por tercera vez consecutiva en la lista de ciudades más violentas del mundo. Ahí, en ese particular, a los aspirantes al solio de Bolívar se les planteó enfocar acciones de prevención a la inseguridad y la comisión de delitos mediante inteligencia, tecnología, inversión, y diálogo social.

Ojalá, cuando haya oportunidad de escuchar a los ocho candidatos, bien sea en un debate específico sobre Norte de Santander y la frontera colombo-venezolana, apuntemos bien lo que prometen, anuncian y hasta dicen que esculpirán en mármol, para de esa manera hacerle una veeduría al ganador y decirle que no se le está pidiendo nada del otro mundo, sino cuestiones obvias para una región próspera, en paz y competitiva.

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Domingo, 17 de Abril de 2022
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