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Editorial
Los controles
Una evidencia palpable es la triplicación de los comparendos aplicados por conducir un vehículo que, sin la debida autorización, se destine a un servicio diferente de aquel para el cual tiene licencia.
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Martes, 22 de Noviembre de 2022

Supone la ciudadanía que al igual que se exige que no haya ni piratería ni mototaxismo ni ningún otro tipo de actividad de transporte de pasajeros de carácter informal, también los formales se comporten como tal.

Es verdad que ahora se ha hecho muy visible en el área metropolitana el servicio por plataformas que junto con los arriba mencionados se han convertido en fuertes competidores de los taxis y de los buses y busetas.

Una evidencia palpable es la triplicación de los comparendos aplicados por conducir un vehículo que, sin la debida autorización, se destine a un servicio diferente de aquel para el cual tiene licencia.

O sea, utilizar carros particulares como si fueran taxis o colectivos, es una práctica muy extendida en la región desde hace muchos años, pero ahora pareciera ser mayor como se nota en las 1.062 multas aplicadas en 2021 y que este año hasta octubre ya iban en 1.069, lo cual está bien lejos de los 380 comparendos correspondientes a 2020.

 Al desagregar la cifra de este 2022, salta a la vista que 41 camionetas y 792 automóviles, de placas colombiana y venezolana han sido sancionados por cometer dicha infracción.

Haciendo mototaxismo han detectado, según la relación de multas a 195, que la gente creería que es una cantidad baja, porque en toda la ciudad aparece este servicio no permitido de transporte de pasajeros en moto.

Aunque no hay que negar que entre la ciudadanía hay quienes prefieren utilizar aplicaciones para que los lleven carros particulares, las autoridades advierten que ese tipo de transporte no ofrece las garantías, por ejemplo, de las pólizas de seguros contractual y extracontractual, para casos de accidentes.

Hasta ahí, todo tiene sentido porque se trata de una manera de erradicar los ‘terminalitos’ y de frenar a quienes le están disputando los pasajeros a los taxistas en la zona metropolitana de Cúcuta. Eso está bien, porque la legalidad es lo obvia en una sociedad regida por la ley y el orden.

Sin embargo, entonces también ha llegado la hora para que la Policía de Tránsito, por ejemplo, igualmente meta en cintura a los más de 8.000 taxis que cruzan por estas congestionadas calles cucuteñas y de esa manera den ejemplo.

Contener los abusos con el valor de las carreras y desde ya, definir si el Área Metropolitana les va autorizar que cobren la ‘prima de Navidad’, porque viendo como está la situación económica con la alta inflación, un dólar inestable y una merma en la capacidad de compra, no sería que se carguen más gastos al presupuesto familiar.

Además, tienen que entender la necesidad de mejorar la prestación del servicio a los pasajeros, innovar, llevar el aire acondicionado y darles elementos adicionales para que recuperen la credibilidad entre los usuarios. Buen trato y ser justos en el valor de la carrera, deben ser dos inamovibles.

Eso de que por allá no voy o el cobro de sumas exageradas hacen parte de comportamientos inadecuados que deben ser dejados en el pasado, puesto que si el gremio se detiene a mirar las cifras de comparendos por ‘transporte informal’ tiene que entender que algo no están haciendo bien y que o cambian o pueden estar condenados a ser relegados tarde o temprano.

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