La regulación, control o recategorización de los parqueaderos en Cúcuta es una cuestión importante de ciudad, dentro de lo cual hay un asunto que siempre ha llamado la atención y el que ojalá se tenga muy presente.

Es la transformación en parqueaderos de antiguos almacenes y hasta de un local que alguna vez fue un gran banco ya no existente en Colombia porque fue fusionado, dejando como recuerdo un histórico mural de Bolívar y Santander.

Es fundamental que se aclare y especifique si eso está permitido dentro de la normatividad relacionada con dicho tipo de negocios y dentro de las mismas normas urbanísticas de la ciudad, como el POT, por ejemplo.

Lo cierto, es que los parqueaderos deben cumplir lo relacionado con las áreas fijadas para el espacio en que se estacionarán los carros, contar con una zona suficiente de maniobrabilidad y tener por lo menos dos puertas para el ingreso y salida de los automotores, como mínimo.

Pero, igualmente, dichos lugares tienen que  acogerse a lo expuesto en las reglamentaciones  señaladas en el artículo 90 del Código de Policía. 

Uno de los requisitos se relaciona con la exigencia de una póliza de responsabilidad civil extracontractual, para la protección de los bienes depositados y las personas.

Incluso, como para dejar bien en claro y que el cliente conozca que en el sitio donde deja el carro o la moto y paga por el estacionamiento, existe este tipo de seguro, el Código es muy preciso, al notificar la siguiente orden que, se supone, debe de ser acatada:

“En el recibo de depósito del vehículo se informará el número de la póliza, compañía aseguradora y el procedimiento de reclamación”.

Luego resultará- muy interesante- conocer quién dio los permisos para que funcionen hoy algunos estacionamientos en esas áreas donde antes operaban establecimientos comerciales y que a todas luces no alcanzan a estar dentro de las especificaciones que se exigen.

“Aquí no más los vemos a la vuelta de la Alcaldía, donde una falla en uno de estos automotores podría ocasionar varios inconvenientes”, admitió en recientes declaraciones a La Opinión el secretario de Tránsito Municipal, Jorge Mayid Gene Beltrán.

Por ejemplo, el Plan de Ordenamiento Territorial cucuteño especifica que las áreas para parqueadero deberán estar sujetas al dimensionamiento mínimo de estacionamientos, con áreas de maniobrabilidad que deberán tener seis metros como mínimo.

Aquí debemos admitir algo, y es que en esto de los estacionamientos como en muchos otros asuntos, en la capital de Norte de Santander existe un desorden absoluto, que es menester proceder a enrutar dentro de las leyes vigentes.

No es desatar -ni mucho menos- cacerías de brujas. Ese tampoco es el hecho y acarrearía más complicaciones que una real solución a lo que se quiere hacer en ese campo, pero sí obligar a que la mayoría de los 200 estacionamientos de carros y motos cumplan los requisitos mínimos.

Pero además, ojalá la Personería de Cúcuta y Control Interno Disciplinario y la Procuraduría pongan en su órbita este aspecto y lleguen -ojalá- hasta las últimas consecuencias para saber si hay unas regulaciones y reglamentaciones, por qué se permitió el florecimiento de toda cantidad de estacionamientos que incumplen todas las reglas.

Hay que averiguar si hubo corrupción. Si hubo omisión o qué fue lo que pasó, porque de todas maneras esa clase de situaciones lo que hacen es generar más desazón entre una ciudadanía que espera mejores condiciones y calidad en los servicios en la orbe donde habita y no  escándalos y anomalías en asuntos tan importantes como el de facilitarle dejar a buen recaudo el vehículo en el que se moviliza.