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Editorial
Medidas necesarias
Para el alto mando de la Policía es positivo y trascendente el balance sobre el comportamiento de los ciudadanos en las festividades que se acaban de celebrar. 
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Lunes, 4 de Enero de 2021

Son alentadores los informes que nos entregan las autoridades de la Policía Nacional sobre el buen  comportamiento de los colombianos durante las restringidas festividades de Año Nuevo que acaban de pasar en el país. El balance es satisfactorio y positivo y hay que destacar la histórica reducción de los homicidios durante la noche de Año Nuevo, como lo ha señalado el director de Seguridad Ciudadana de la institución, general Carlos Ernesto Rodríguez.

En las últimas horas de 2019, 71 personas resultaron muertas en forma violenta, mientras que en 2020 esa cifra se redujo a 41, lo que significó una disminución del 42 por ciento, la cifra más baja reportada en los últimos 17 años .

El año pasado se registró una reducción de los homicidios del 5 por ciento. Se cometieron en 2020 en todo el país 12.019 muertes violentas, 635 menos que en 2019.

De hecho, Colombia logró el pasado año 2020 la tasa de homicidios más baja en los últimos 45 años, 23,78 por cada 100.000 habitantes; en 1974, esa tasa fue de 24 por cada 100.000 habitantes, según los informes de la Policía Nacional.

Igualmente reportaron disminuciones en las cifras de personas lesionadas con armas cortopunzantes. De 318 casos en la noche de Año Nuevo de 2019 bajaron a 78 en el fin de año de 2020, una reducción de 240 casos.

En el año que terminó se reportaron solo dos casos de niños heridos con balas perdidas, en Barranquilla y La Guajira, una reprochable y troglodita costumbre que no hemos sido capaces de erradicar, a pesar de las campañas cívicas, prohibiciones y restricciones establecidas por las autoridades.

Y la nueva modalidad delincuencial que nos trajo la pandemia del coronavirus y a la que tuvieron que enfrentar las autoridades en todo el país: las llamadas ‘fiestas clandestinas’, organizadas y animadas en garajes, parqueaderos subterráneos, azoteas, casas y fincas en las afueras de las ciudades, centros recreativos, balnearios, piscinas, etc., para consumir licor y drogas evadiendo todos los controles y vigilancia. Estas fiestas constituyen riesgo para la propagación de la pandemia. La Policía logró intervenir cerca de 500 de estas fiestas en solo 24 horas.

En términos generales, para el alto mando de la Policía es positivo y trascedente el balance sobre el comportamiento de los ciudadanos en las festividades que se acaban de celebrar.

La Policía reconoce que fueron posibles merced a la colaboración y esfuerzos permanentes de las autoridades civiles territoriales al implementar medidas drásticas como las restricciones a la movilidad, el pico y cédula, la ley seca y el toque de queda. 

Medidas que pueden resultar incómodas y causar molestias, pero que es necesario mantener y si es posible reforzar por el bien de la comunidad. Viene ahora el puente de Reyes y las autoridades de salud nos recomiendan también no bajar la guardia, pues la pandemia no se ha ido y aprovecha cualquier ‘papayazo’.

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