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Editorial
No se vaya a quemar
Nadie entiende como en fechas como las navideñas y de fin de año la gente disfrute de las fiestas manipulando sin control ni cuidado algunos elementos que pueden llevar a la tragedia como son los artefactos elaborados a base de pólvora.
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Domingo, 5 de Diciembre de 2021

Desafiar el peligro, pasarse por alto las reglas y caer en la insolidaridad son las posturas que los ciudadanos asumen consciente o inconscientemente cuando se pasan por la faja la prohibición de  utilizar un elemento tan volátil y peligroso como es la pólvora, no solo en la temporada decembrina.

Lo ocurrido a la media noche del 30 de noviembre cuando en varios barrios de Cúcuta con juegos pirotécnicos fue recibido diciembre, indica cómo se actúa con desprecio a la vida, la salud y la seguridad con este tipo de actos peligrosos.

Pareciera que no se ha entendido el mensaje dejado por la pandemia del coronavirus sobre la vulnerabilidad humana frente a las amenazas que pululan tanto por factores virales, medioambientales y aquellos provocados por el hombre mismo.

Nadie entiende como en fechas como las navideñas y de fin de año la gente disfrute de las  fiestas manipulando sin control ni cuidado algunos elementos que pueden llevar a la tragedia como son los artefactos elaborados a base de pólvora.

Navidad con quemados en la familia o Año Nuevo con niños o jóvenes desfigurados o mutilados con pólvora, nunca puede considerarse como una temporada alegre y gozosa, sino más bien como una incitación a atentar contra la salud y el bienestar de los seres queridos. ¿Eso es quererlos? La respuesta contundente es no.

¿Usar pólvora es un acto responsable?, tampoco lo es, y menos en esta etapa pandémica  que aún estamos atravesando y cuando el sistema de atención hospitalario sigue en alerta por causa de la crisis generada por la COVID-19.

En Norte de Santander, las autoridades, llámese Policía, alcaldías, Gobernación, Bienestar Familiar y el mismo aparato de justicia, deben de actuar férreamente para hacer cumplir la prohibición vigente para la venta, transporte y manipulación de los artefactos que hacen parte de la variedad de juegos de pirotécnica que se ofrecen en el mercado.

Como la percepción que ha quedado en el ambiente es que el cierre de 2021 podría estar repleto de quema de pólvora, pues a los gobiernos locales de Cúcuta, Los Patios, Ocaña, Villa del Rosario y Pamplona, no les queda más remedio que ser inflexibles contra los infractores.

Es decir, hacer los respectivos decomisos, responsabilizar a los padres en caso de que sus hijos se lleguen a quemar por el uso de pólvora y al mismo tiempo aplicar pedagogía, puesto que no se entiende que si hay una crisis provocada por la pandemia, es evidente que resulta irracional ‘quemar la plata’ comprando pirotecnia, cuando hay prioridades económicas insalvables en el hogar.

Y para ver que esto no es un juego, pues cuando ni siquiera ha empezado lo fuerte de la jornada de diciembre, como el Día de las Velitas o las novenas, la Nochebuena o el Fin de Año, en Norte de Santander ya se registró el primer quemado con pólvora, dentro de los 22 hechos similares que en el país ha verificado el Instituto Nacional de Salud.

El llamado a la gente es a reflexionar, puesto que jugar con el peligro siempre resulta siendo muy caro tanto desde el punto de vista sentimental como presupuestal. En lugar de pólvora bailen mucho, jueguen a los aguinaldos, reúnanse sanamente y sin riesgo con sus familiares, entendiendo que la vida es una acumulación de momentos y emociones que fortalecen el ser.

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