Colombia ha ingresado a la lista de los ocho países del mundo con el millón de contagios por la pandemia de la COVID-19, que ha matado ya a más de un millón 100 mil personas en todo el planeta. En nuestro país nos estamos acercando a los 30.000 fallecidos por esta letal calamidad. En Europa, 8,2 millones de infectados y más de 250.000 muertos. 

En tan solo siete meses de azote inclemente, estamos ante unas cifras altísimas que nos aterran y generan pánico y desesperanza.

El gobierno nacional ha adoptado las medidas y estrategias que ha considerado pertinentes y ha tenido el respaldo de nuestras instituciones, de las entidades y asociaciones médicas y científicas, y de la comunidad internacional. De pronto ha faltado firmeza y decisión en hacer cumplir las medidas y protocolos para contener la expansión. La indisciplina y la desobediencia nos están cobrando y nos van a cobrar un precio muy alto.

En estas columnas hemos tenido oportunidad de referirnos a los impactos y consecuencias nefastas de la pandemia en todos los sectores vitales de nuestra economía y en comunidades del país. Uno de los hechos más preocupantes se relaciona con la salud mental de los colombianos, donde han resultado más golpeados  nuestras mujeres y niños.

El DANE acaba de revelar, precisamente, los resultados de la Encuesta Pulso Social, que es una medición del impacto de la pandemia en la salud mental y para la cual se entrevistaron 20.452 personas. Seis de cada 10 colombianos que respondieron la encuesta dijeron haber tenido síntomas o sentimientos relacionados con afectaciones como preocupación, tristeza, soledad, ansiedad, dificultad para dormir y cansancio.

La encuesta concluyó que las mujeres tienden a reportar mayores prevalencias, en especial en aspectos como cansancio, tristeza o dificultades para conciliar el sueño. También, las personas desempleadas, entre éstas muchas que perdieron sus puestos de trabajo, por culpa de la pandemia, expresaron igualmente sus problemas de angustia, ansiedad, cansancio y dificultades para dormir. 

Esperamos que el gobierno esté trabajando ya en los planes y estrategias para enfrentar esta dolorosa situación.

El panorama es desalentador. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió por estos días que el hemisferio norte se encuentra en un momento crítico frente a la pandemia, con demasiados países registrando un crecimiento exponencial de casos de coronavirus.

“Demasiados países están experimentando un aumento exponencial de casos de la COVID-19 y esto está llevando a que los hospitales y las unidades de cuidados intensivos estén cerca o hayan sobrepasado sus límites de capacidad y apenas estamos en octubre”, declaró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien consideró también que “los próximos meses serán muy  difíciles”, pues “algunos países se encuentran en una vía peligrosa”.
 
Expertos consideran que en varios países de Europa, los límites de capacidad de los hospitales serán alcanzados  en las próximas semanas. 

“Pedimos urgentemente a los dirigentes tomar medidas inmediatas para evitar otras muertes inútiles, el colapso de los servicios de salud esenciales y el cierre de las escuelas”, afirmó el jefe de la OMS.

El llamado es para los gobiernos del mundo. Y en el caso de Colombia, para sus autoridades y toda la población en general. Es necesario que los gobiernos logren aplicar su sistema de búsqueda de contactos y concentrarse en el aislamiento de todos los casos y la cuarentena de los contactos; será entonces posible  evitar un confinamiento generalizado.

La pandemia está hoy más amenazante y más peligrosa que nunca. Tenemos que seguir cuidándonos.