La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

Perdieron el mapa

Es difícil de creer que al ministro le oculten la verdad de todo lo que ocurre en San Faustino, donde la gente vive en estado de queda nocturno.

A veces da la impresión de que altos funcionarios hablan de otro país cuando se refieren a Colombia. Se refieren a una realidad tan distinta de la nuestra de cada día que la única conclusión que queda es la de que hay dos Colombias totalmente contradictorias, tanto como el cielo y la tierra.

La del ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, absolutamente nada tiene que ver con la del Catatumbo, por ejemplo. O con la de los corregimientos y veredas de Cúcuta, para no ir a un mundo que, sin duda, en el Gobierno les es desconocido, por lo lejano, a pesar de que está a solo a 40 kilómetros.

Porque La Ye Astilleros es ya el Catatumbo, ya allí comienzan los problemas que para el Gobierno central son inexistentes o invenciones de los entrevistadores y los entrevistados de los medios de comunicación, como lo argumentó el ministro.

Alguien, militar o Policía, debe decirle al ministro que, aunque él se niegue a aceptarlo, es verdad que todos los espacios que dejaron las Farc en el Catatumbo fueron copados por otras organizaciones armadas ilegales, de izquierda y de derecha, y que el Estado sigue sin hacer presencia. Como en 5 siglos de historia de la zona.

Solo como un ejercicio, se puede suponer que el Estado tiene el control del campo cucuteño. Entonces, cabe preguntar ¿por qué razón los camiones de carga que van hacia el norte, al Catatumbo o a la Costa Atlántica, deben salir en caravana y escoltados por la fuerza pública desde las propias calles de Cúcuta?

¿Habrá oído el ministro nombres como Puerto León, Agualasal, Palmarito o Banco de Arena? Son poblados rurales de Cúcuta donde no manda el Estado. Así de claro, así de preocupante, así de desconsolador…

Que alguien le preste un mapa de Norte de Santander al ministro para que busque La Curva y responda quiénes, hace dos semanas, dispararon contra los vehículos que iban por la carretera a Ocaña y la bloquearon durante casi tres días? No pudo ser una fuerza del Estado, porque el Estado no hace esas cosas. Tampoco hace muchas otras que le corresponden.

Es lamentable que Villegas esté tan desinformado en momentos como los de ahora, en los que la paz tambalea por la acción de fuerzas beligerantes enfrentadas a los soldados y los policías que él debe dirigir.

Es difícil de creer que al ministro le oculten la verdad de todo lo que ocurre en San Faustino, acá en Cúcuta, donde la gente vive en estado de queda nocturno, porque bandas criminales como Los Rastrojos y el Cartel del Golfo se disputan este barrio a balazos, como un punto de honor en su guerra por el control territorial de la frontera.

En algunas cosas el ministro tiene razón. Como cuando dice que “hay una actitud despectiva, soberbia, olímpica de gentes que se sientan en un escritorio en Bogotá a pensar sobre sitios que ni siquiera en la imaginación saben cómo son y no les importa la gente que allá vive”.

De esto siempre se han quejado las regiones. De esto siempre se ha quejado Norte de Santander. De esto siempre se ha quejado, con amargura, el Catatumbo.

Miércoles, 17 de Mayo de 2017
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día