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Editorial
Por Santurbán
La agenda verde para el departamento pasa por la defensa de los territorios paramunos y contempla también la siembra de más de un millón de árboles en la región.
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Miércoles, 27 de Enero de 2021

Así como en el Congreso de la República se aprobó en 2020  una proposición para solicitarle al Gobierno Nacional que prohíba la megaminería en los 37 páramos del país o en áreas colindantes con ellos, 2021 debería ser el año en que asuntos como ese se vuelvan realidad.

Esa petición si no está acompañada de la acción debida, queda prácticamente como un saludo a la bandera y los colombianos y nortesantandereanos seguiremos asistiendo al espectáculo de como el medio ambiente y los recursos naturales siguen siendo depredados.

 En ese sentido es urgente que la bancada de Norte de Santander y Santander en Senado y Cámara actúe y pruebe que a sus miembros les duele este terruño defendiendo a capa y espada al páramo de Santurbán, que igualmente significa salvar a los demás ecosistemas de esa naturaleza en el país.

Urgentemente hay que trabajar con el Ministerio de Medio Ambiente, con las corporaciones ambientales, con el brazo jurídico del Gobierno Nacional y con el Ministerio del Interior para determinar la mejor manera de levantar esa barrera que proteja por siempre a las fábricas naturales de agua.

Los congresistas del Gran Santander saben muy bien que en la eventualidad de que las entrañas del páramo sean heridas para extraerle de su interior el brillante y siempre bien cotizado oro, esa fiebre aurífera podría dejar convertidos en pueblos fantasmas a muchos municipios, porque la riqueza hídrica quedaría destruida y contaminada, condenando a la población a un inexorable éxodo por física sed.

Es tiempo, entonces, de pasar del discurso a la acción contundente y llena de ciudadanía para que entre todos se construya esa gran política medioambiental que tenga en cuenta todo lo que en la actualidad le está pasando al mundo con la pandemia del coronavirus, el cambio climático y la deforestación.

Cuando hace pocos días se conoció el archivo por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) de la solicitud de Minesa para la explotación  aurífera, organizaciones ambientalistas notificaron que la amenaza persiste.

Como la empresa podrá volver a presentar de cero la documentación para intentar extraer, durante 21 años, 9 millones de onzas de oro y de otros metales, se ha planteado que la ANLA la niegue definitivamente.

Y para eso es fundamental que el Gobierno Nacional determine, igualmente, que la actividad de extracción no tiene cabida en zonas de reservas naturales ni en áreas donde el agua es  el principal tesoro ni en lugares que deben de ser conservados y preservados para salvar la vida misma.

Interesante lo que en ese aspecto se le oyó decir al gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, en el sentido de que su agenda verde para el departamento pasa por la defensa de los territorios paramunos y contempla también la siembra de más de un millón de árboles en la región.

Aunque a muchos todavía les parezca que es mucho romanticismo o una excesiva manera de hacerse notar, lo cierto es que  la defensa del medio ambiente ya no es tarea de pocos sino un deber de todos, puesto que nuestros comportamientos alivian o empeoran la situación actual.

Así que Santurbán y Almorzadero, por ejemplo, que están localizados en nuestro departamento, deben de ser tratados como ‘hermanos’ o como ‘familiares’ puesto que lo que les pase a ellos -para bien o para mal- finalmente lo iremos a sentir con un tiempo mejor o con temporadas catastróficas nunca vistas.

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