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Primer aviso

A Norte de Santander le interesa mucho lo que ocurra con Sacyr.

“Surgieron imprevistos que no estaban en los pliegos (de la licitación), por lo que no se puede llevar a cabo la infraestructura”. Así, casi sin dolor, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) recibió la notificación de que el contratista no seguía adelante con la vía 4G Ruta 25-Puerta del Hierro, entre Sucre y Atlántico.

El contratista es la controvertida constructora española Sacyr, a la que hubo que imponerle multas por 11 mil millones de pesos, por incumplimiento, e iniciar en su contra un proceso de caducidad del contrato, lo que le acarrearía otras multas multimillonarias.

A Norte de Santander le interesa mucho lo que ocurra con Sacyr. Es la firma ganadora de la licitación para la autopista 4G Cúcuta-Pamplona, de 62 kilómetros, a costo de 1,5 billones de pesos.

En apariencia, nada debería preocupar a la región, salvo porque Sacyr ganó la licitación con una oferta a la baja, es decir, se comprometió a construir la obra por menos del valor previsto, en táctica muy española que busca dejar fuera de toda opción de ganar a los demás licitantes, y prácticamente declararse ganadora.

Pero los problemas vienen después, como quedó demostrado ahora con este caso de la Ruta 25-Puerta del Hierro. El pretexto para no avanzar en los trabajos es el de que hay problemas de suelos que no fueron previstos ni incluidos en los pliegos: según dijo Sacyr, en un tramo aparecieron materiales arcillosos que demandarían una intervención profunda que elevaría los costos de la obra.

En esa lógica, ¿qué podrá pasar mañana con nuestra autopista, si a Sacyr le da por argumentar una razón parecida? No hay que olvidar que en la ruta habrá seis túneles, en terrenos no muy firmes, como son los nortesantandereanos. Los túneles han sido siempre motivo de numerosos problemas jurídicos en Colombia.

Las prácticas de Sacyr tienen características fáciles de identificar: prometer que hace una obra por menos de lo presupuestado, ganar el contrato, y “después proceder a cobrar el excedente o más” mediante litigios jurídicos, como el actual, en los que a veces hace pesar su procedencia europea.

Así ocurrió con la ampliación del Canal de Panamá, donde todo terminó en un enorme escándalo internacional por retrasos y sobrecostos, que obligaron a un lío judicial en los que los españoles reclamaban 5.673 millones de dólares.

En Colombia, Sacyr tuvo un problema similar, cuando al frente del consorcio Commsa participó en la fracasada troncal del Magdalena Medio o Ruta del Sol, una obra inconclusa por la cual la empresa debió pagarle al Estado Colombiano unos 120 mil millones de pesos, por el incumplimiento del contrato por 212 millones de dólares.

Vale una pregunta: aunque la obra de la vía Cúcuta-Pamplona fue contratada por la ANI, ¿en Norte de Santander habrá ya veedores atentos a todo lo que se refiera a una carretera que es vital para el departamento? Ya Sacyr ganó apostando a ganar el contrato con una oferta más barata que los demás…

¿Cuánto comenzarán sus quejas sobre suelos, predios, etc.? Es lo que sigue, antes de ir a los estrados judiciales. Esto lo deben tener presente siempre no solo los veedores, sino las autoridades. A menos que deseen que quedemos sin carretera.

Jueves, 25 de Mayo de 2017
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