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Editorial
Primeros, en hoja de coca
El Simci ha dicho que solo el 13% de Norte de Santander está libre de cultivos de coca.
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Miércoles, 29 de Julio de 2020

Norte de Santander desbancó del primer puesto del podio relacionado con la producción de cultivos ilícitos en Colombia al también fronterizo Nariño, desalentador hecho que pone de manifiesto la urgencia de un plan regionalizado de sustitución, la contención de las organizaciones armadas que hacen presencia de las zonas en que prolifera la hoja de coca y la vigorización de planes para la agroindustria, por ejemplo.

Debemos lamentarnos de llevar ahora esa insignia con 41.711 hectáreas cultivadas especialmente en el Catatumbo, aunque no debemos olvidar que este problema también golpea a una parte de la zona rural de Cúcuta.

Se trata del informe anual de Naciones Unidas que al dar a conocer lo detectado por el Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), encontró que a ese primer lugar saltó Norte de Santander desde el año pasado, al registrar un crecimiento del 24 por ciento en el área cubierta con cultivos de coca.

Y una consideración que refleja cómo ese flagelo se ha ido extendiendo por la geografía nortesantandereana la expone el propio Simci, al reseñar algo particularmente grave y que debe llamar a encender las alertas: solamente el 13 por ciento del departamento está libre de coca.

 El crecimiento sostenido de las extensiones cubiertas por esa planta desde 2010 es un indicativo de la preocupante proliferación de cultivos ilícitos en regiones del departamento que son frecuentadas por la guerrilla del Eln, las bandas criminales, Los Pelusos,las disidencias de las Farc y por los carteles mexicanos de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación que extendieron sus peligrosos tentáculos hasta la región catatumbera.

Y otro dato clave que dejó el Simci, es  que en siete subregiones se concentra el 36 por ciento de las hectáreas cultivadas, como son el Catatumbo, Tumaco (Nariño),  Argelia y el Tambo (Cauca), Valdivia, Tarazá y Cáceres (Antioquia), el Charco y Herrera (Nariño),  El Naya entre Cauca y Vaupés, y la frontera en Putumayo.

 Estos datos llegan en instantes que el Ministerio de Defensa ha anunciado reiniciar el proceso de fumigación, dando como resultado la preparación de movilizaciones para rechazar la aspersión terrestre de  los cultivos ilícitos en esta región del departamento, reclamando las comunidades  el cumplimiento de los acuerdos de paz, donde se habla de una erradicación gradual y concertada, mientras los alcaldes solicitaron mesas de diálogo para buscar alternativas de solución, cuestiones sin definir que han dado como resultado el haber logrado el deshonroso primer puesto actual.

También en la mesa está el planteamiento expuesto por el gobernador Silvano Serrano sobre la construcción de un modelo propio para la sustitución de los cultivos ilegales, en el que se reconozcan las particularidades de cada uno de los municipios de Norte de Santander.

Lo que se requiere entonces es acelerar la concreción de los planteamientos a fin de quitarle un motivo de conflictividad a esta martirizada zona colombiana, que ayer no más otra vez fue noticia por un nuevo hecho sangriento en el área rural de Cúcuta donde murieron por lo menos dos miembros de una peligrosa banda de sicarios que les prestaban servicios a organizaciones criminales vinculadas con el narcotráfico, generando nuevamente zozobra.

A esta pandemia de la coca hay que ponerle fin con el concurso de todos los sectores de la sociedad. En caso contrario, el panorama se tornará extremadamente peligroso.

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