Ahora que estamos próximos a la jornada electoral para escoger las nuevas autoridades territoriales que nos gobernarán a partir del 1 de enero venidero por los próximos cuatro años, es más que pertinente y oportuna la publicación de informes como el que dio a conocer ayer La Opinión sobre las promesas que nunca cumplieron los alcaldes de los últimos 20 años.

Claro que faltaron más promesas por cumplir, y no solamente por parte de los mandatarios municipales. Como la de la carretera del Carbón o salida al Mar – Tibú – Convención – La Mata, para llegar al puerto La Gloria, en el río Magdalena, y de la que tanto se habló en los gobiernos del presidente Uribe.  

En noviembre de 2009, el entonces ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego, y el alto consejero para las regiones, Miguel Peñaloza Barrientos, anunciaron con bombos y platillos en un foro que esa vía – con una inversión inicial de 200.000 millones de pesos – “es la prioridad del Gobierno, así como la revaluación de los estudios para la construcción de puertos fluviales sobre el río Magdalena”. 

El entonces ministro Gallego hizo énfasis en que los recursos estaban asegurados, por lo que el Gobierno Nacional destinaba 50 mil millones de pesos para el mejoramiento de la vía Tibú – Convención – La Mata, y solo faltaba “la labor a emprenderse para la consecución de dineros para dejar en completas condiciones el trayecto fundamental para la competitividad de la región”. 

Según los registros noticiosos de la época, el entonces secretario de Minas de Norte de Santander, Rafael David Reyes Álvarez, “manifestó gran satisfacción por el adelanto de esta jornada que contó con la presencia de miembros del Gobierno Nacional, quienes también son aliados en este proceso de transformación de la realidad regional”. “Ya avanzamos de la fase de construcción de alianza a la del consenso y el entendimiento, momento indispensable para el diseño de estrategias colectivas, que permitan establecer las prioridades y posteriormente trabajar en la implementación de proyectos de inversión específicos”, dijo el entonces secretario de Minas. 

La famosa carretera del carbón sigue en el papel y los puertos sobre el río Magdalena nunca se construyeron. 

En la administración del gobernador Luis Miguel Morelli se habló mucho del proyecto del Centro de Convenciones y el parque Binacional en Villa del Rosario con la Universidad de Pamplona. Se hicieron las maquetas y los diseños, se asignaron los recursos, pero todo se quedó también en el papel.

La plaza de Ferias Mariano Ospina Pérez se ferió y el proyecto para reemplazarla quedó en la maqueta. Las fuentes luminosas de agua frente al Ventura Plaza se quedaron sin agua y sin luz y el tren metropolitano Cúcuta – San Cristóbal jamás se encarrilo ni prendió motores.

Debemos estar muy pendientes de las promesas con las que ahora van a regresar los candidatos a las Alcaldías y a la Gobernación. Es pertinente también estimular la activación de las veedurías cívicas ciudadanas. Y reclamar a los organismos de control que cumplan con sus obligaciones de vigilancia e interventoría. Hay que elegir bien para no tener que lamentarnos después de los funcionarios que nunca cumplen las promesas que hacen.