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Sexo vs libros

El embarazo precoz está disminuyendo en Cúcuta. El problema es la competencia que el sexo les hace a los textos.

Es una de las noticias más tranquilizadoras y generadoras de optimismo de este año en Cúcuta. En las escuelas, el estudio le está ganando al sexo una carrera que solo dejará buenos resultados: el embarazo precoz está disminuyendo de tal manera que el fenómeno se hace fácilmente notorio.

El problema, en el fondo, es la competencia que el sexo les hace a los textos escolares en el momento clave de la adolescencia, competencia en la que el estudio llevará siempre las de perder si la sociedad no le mete el diente al enorme problema de la falta de educación sexual en la niñez.

La prueba de que la educación sexual contribuye a evitar embarazos que no son otra cosa que dolorosos, inoportunos y peligrosos, está en Cúcuta: oportunas campañas educativas en las escuelas, hicieron caer de manera dramática algunas estadísticas.

De 71 casos de embarazo en niñas de 10 a 14 años en 2011, se bajó a solo 48 en 2015, y de 2 mil 453 casos de adolescentes entre 15 y 19 años embarazadas en 2911, la cifra se desplomó a 745 este año. Es esta una caída del 75 por ciento.

El llamado del sexo es inevitable, sobra decirlo, y más cuando despierta, es decir, cuando las hormonas le dicen al ser humano que existen y le dan señales de lo que significan. Pero, el hecho de que sea inevitable, no quiere decir que no existe  manera de vencer las tentaciones que genera, o, al menos, de evitar consecuencias indeseables como un embarazo en la niñez.

Las estadísticas sobre Cúcuta son tan reales como lo fue la campaña intensa que lideró la alcaldía en al menos 260 escuelas, durante la cual se insistió en que siempre es preferible dedicarle más tiempo a los estudios que al sexo.

Las campaña caló porque se acudió a entregar mensajes sin ambigüedades a través de obras de teatro, festivales de canto y otros mecanismos, que lograron el objetivo de involucrar en ella a la mayor parte de los estudiantes.

Desde luego, la campaña no hubiera sido tan exitosa sin la cooperación de los directivos escolares y de los maestros, que deben  sentir satisfacción de que tal vez no todos los muchachos aprendieron las matemáticas que les enseñaron, pero sin duda a todos, sin excepción, les llegó el mensaje de que por ahora es preferible un libro que un rato de sexo y, lo que sería más grave, sin la protección adecuada.

Con los niños de todas las edades hay que hablar de sexualidad, como vía para vencer la ignorancia que lleva a los embarazos precoces e inesperados, como son todos los que ocurren entre niños.

Lamentablemente, las excelentes noticias de Cúcuta no se repiten en otros municipios de Norte de Santander donde, en algunos casos no solo se mantienen los índices de embarazos prematuros, sino que se superan.

Hay que buscar la manera de que la campaña de las escuelas de Cúcuta se lleve a todas las escuelas del departamento. De alguna parte deben las autoridades sacar los recursos necesarios para que ningún niño nortesantandereano se quede atrás en materia de educación sexual.

Una niña desinformada tiene más posibilidades que las demás que quedar embarazada en su niñez, y evitarlo no debe ser una obligación del Estado, sino de papás, maestros y autoridades, todos trabajando de manera coordinada a fin de que las niñas sigan jugando con muñecas, en lugar de bebés.

Las cifras se han reducido en Cúcuta. Ahora viene un segundo nivel: llevar el índice de embarazos precoces a cero. Y sobre la base de la educación impartida en los últimos años, ese será un resultado cada día más fácil de alcanzar.

Solo hay que intentarlo.

Viernes, 13 de Noviembre de 2015
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