La interactuación entre los humanos, los perros y gatos es algo que ahora forma parte de la vida diaria en las grandes ciudades, tanto por cuestiones de salud pública, como de respeto a los derechos de aquellos seres sintientes.
Cúcuta, dentro de esta forma de considerar al mundo, también se ha ido ajustando a las normas consignadas dentro de la Ley 1744 de 2016 que estableció que los animales no son ‘cosas’ y que estos deben recibir una especial protección contra el sufrimiento y garantizarles el bienestar.
Precisamente, una forma de ceñirse a esta legislación es procurar evitar la superpoblación de los mismos, porque puede conducir a efectos dañinos tanto para ellos como para la salud de la gente.
En ese sentido, hay que destacar que por ejemplo el Concejo aprobó dentro del presupuesto de rentas y gastos del municipio la suma de $900 millones para la presente vigencia, dirigidos a trabajar en procura del bienestar animal, mediante programas especiales.
Pero hay advertencias de que ese dinero no se ha empezado a ejecutar en el desarrollo de los programas previstos, entre ellos uno muy importante como es la esterilización de 12.000 perros y gatos.
Imaginemos no más que de no hacerse un control de esa naturaleza, la capital de Norte de Santander podría pasar a tener 96.000 de esos animales, generándose riesgos múltiples.
Por un lado, que puedan enfermar de rabia que luego posteriormente trasmitan a los humanos, desatando graves problemas de carácter sanitario en la ciudad, al tiempo que muchos de ellos al deambular por las calles, pues caigan en otros problemas que pueden degenerar en perros y gatos abandonados, maltratados y en condición de calle, por ejemplo.
En ese sentido hay casos concretos como por ejemplo el de la proliferación de gatos que se encuentran abandonados en las antiguas instalaciones del Teatro Atalaya.
O también la gran cantidad de perros que cada día se va viendo más por las calles de los barrios, que no tienen dueño y deambulan sin control, con los peligros que implican.
De acuerdo con el último censo de vacunación antirrábica, hay más de 100.000 perros y gatos, pero no se sabe con exactitud cuántos están en condición de calle, recordó recientemente el concejal animalista Víctor Caicedo.
Ojalá que esté avanzando fluidamente el proceso previo a la esterilización, que consiste en la caracterización y convocatoria pública en la página web oficial de la Alcaldía para que las personas que tengan animales de compañía (felinos y caninos) a su cargo y cumplan con los requisitos contemplados, se inscriban y hagan parte de este proceso.
Aquí lo elemental es que si ya están los recursos presupuestados, es importante emprender la acción para el control natal de estos animales como una forma de salud preventiva que a todas luces resultará más barata que tener que atender a personas que llegaran a resultar afectadas por brotes de rabia u otras enfermedades transmitidas por estos, por ejemplo.
Ojalá también se materialice pronto lo expuesto por el secretario de Gobierno del Municipio, Cristian Buitrago, de abrir un centro de esterilización fija animal, que permita tener una Unidad Móvil Quirúrgica de manera permanente, donde los animales de los sectores más vulnerables se verán beneficiados de este programa.
Como se ve, los recursos destinados para estos seres sintientes no resultan siendo una inversión innecesaria, puesto que al analizar los riesgos que acarrea dejarlos por ahí a su suerte en últimas lo que termina es convirtiéndose en una pesada y costosa carga.
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