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Editorial
Tragedia anunciada
Denuncias de irregularidades en La Parada se conocen todos los días. Las autoridades están llamadas a evitar tragedias como la de Ecuador.
Martes, 14 de Agosto de 2018

La  compleja situación de vulnerabilidad de los migrantes y la falta de control en zonas como La Parada se convierten en el caldo de cultivo ideal para la proliferación de actos ilegales. 

Aunque no son nuevas, si son cada vez más recurrentes las denuncias sobre la forma irregular en que se transporta a muchos pasajeros venezolanos desde La Parada hacia el interior del país y otros destinos, como Ecuador, incluso llegando a incurrir en el delito de tráfico de inmigrantes. 

Hace dos días, en las páginas de este diario se denunció que de las 23 empresas de transporte que operan en La Parada, solo una cumple los requisitos legales para hacerlo. 

La denuncia, desafortunadamente, fue el campanazo que antecedió la tragedia del bus que se accidentó ayer en la vía que comunica a las poblaciones de Papallacta con Pifo, cerca de Quito (Ecuador), en el que fallecieron 24 pasajeros y otros 20 resultaron heridos. 

Las empresa Cooperativa de Transportes Especiales del Oriente, propietaria del bus accidentado y con sede en Cúcuta, no contaba con los documentos necesarios para la prestación del servicio de transporte internacional de acuerdo a la Superintendencia de Transporte. Pero de alguna manera logró salir del país lleno de pasajeros. 

De acuerdo a las denuncias recibidas en este diario, en La Parada la situación es tan grave, que algunos pasajeros han terminado viajando en  los maleteros de los buses para poder salir del país.  

Esto sucede a plena luz del día y ante los ojos de todos los que transitan por esta zona, que en los últimos meses se ha convertido en un terminal satélite en el que se venden tiquetes, desconociendo que la única central de transportes a la que pueden acudir para la venta de pasajes está en Cúcuta.

A pesar de que el alcalde de Villa del Rosario se ha pronunciado varias veces sobre estas irregularidades y ya ha cerrado al menos 10 empresas de viajes por no contar con los requisitos legales, la vigilancia estricta en una zona donde cada día confluyen miles de personas se ha quedado corta hasta el momento. 

Es lamentable que en el país persista  el esquema de esperar a que pasen hechos lamentables para tomar medidas en asuntos tan delicados. 

El accidente del bus de la Cooperativa de Transportes Especiales del Oriente no es el primer incidente que ocurre; hace menos de un mes, el pequeño Sebastián Infante Rolón, de 18 meses, fue raptado en La Parada por una mujer que lo llevó en bus hasta Cuenca, donde fue encontrado por las autoridades. 

¿Qué tan difícil es establecer un grupo de vigilancia permanente que exija a las empresas de transporte los documentos de operación y la capacidad transportadora de estos vehículos?

Desde hace mucho tiempo distintos actores hemos pedido que se establezcan, con contundencia, los controles que se requieren en la zona de La Parada, no solo para meter en cintura a los vehículos de transporte ilegal, sino para hacer frente a la cantidad de situaciones irregulares que se presentan con los migrantes y que a diario se denuncian sin mayor eco. 

Las autoridades están llamadas a actuar y a evitar que tragedias como la de ayer se repitan con consecuencias aún más lamentables.   

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