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Editorial
Un año en rojo
El remedio está resultando más caro que la enfermedad de la inmovilidad que hace un año se pretendía curar.
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Viernes, 7 de Diciembre de 2018

La lógica indica que cuando alguien aspira a reemplazar al Estado legalmente en las muchas formas de hacerlo, debe conocer, mejor que el Estado, lo que hará. De lo contrario, ¿para qué, por ejemplo, contratar los servicios de tránsito, si no se tiene la menor idea del estado de la movilidad?

El planteamiento obedece a lo que está ocurriendo con los nuevos semáforos que instala el concesionario Consorcio servicios de tránsito y movilidad de Cúcuta que, sin aportar hasta ahora las soluciones ofrecidas, se está convirtiendo en factor de complicaciones para el tráfico automotor.

En la avenida 0, por ejemplo, hay señales que tardan 90 y más segundos en rojo, generando colas que bloquean cruces vecinos sobre la avenida 1, al occidente,  o sobre la avenida 1E, mientras en verde solo tardan 20 segundos y permiten pasar a unos pocos vehículos.

En este sentido, el remedio está resultando más caro que la enfermedad de la inmovilidad que hace un año se pretendía curar cuando entregaron en concesión casi todas las actividades que tenía la secretaría de Tránsito.

Se supone que el contrato se le entregó a la empresa que cumplía a cabalidad todos los requisitos necesarios para desempeñarse bien, incluido el conocimiento a fondo de los problemas que ofrecía solucionar. Es decir, se escogió la mejor de todas las propuestas.

Sin embargo, a raíz del problema de los semáforos en la avenida 0, un vocero de la firma concesionaria explicó que la situación se debe a que aún no terminan de establecer la realidad de los autos y los peatones que se desplazan por el sector. Y, claro, sin esas estadísticas, no pueden programas la duración de la luz roja, y por lo mismo, tampoco sincronizar las señales para que los cruces sean regulados.

Pero surge la pregunta lógica: si eso no lo saben, es porque nunca lo supieron. ¿Entonces, cómo formularon su propuesta, y peor aún, cómo el Municipio le otorgó un contrato tan importante, y a tan largo tiempo, a una firma que no sabía lo que, en realidad, tenía que hacer, pues lo ignoraba todo? ¿O a lo mejor eso no estaba dentro de las exigencias del pliego? 

Pero del contrato ya ha pasado un año completo, y los resultados de lo contratado no es posible establecerlos, pues hasta ahora se anda en la etapa de los estudios y de los análisis para ver qué se tiene que hacer. 

¿Qué razón habrá que explique, entonces, la inactividad del concesionario en lo tocante con el uso del espacio público para estacionar, con el respeto a las normas de tránsito, como la del uso del cinturón de seguridad o la del soat, que se dijo eran dos objetivos fundamentales que se atacarían de inmediato con la concesión?

Ya va un año, y parece que el único resultado es el del bloqueo organizado de la movilidad en sectores vitales como la avenida 0, que aún no se sabe por cuánto tiempo se prolongará, porque siguen midiendo cuántos autos y cuántas personas pasan por cada cruce en un momento determinado. Como si pasaran multitudes.

Se debería acelerar el ritmo, con el fin de que lo que hay que hacer se lleve a cabo prontamente, porque aunque la concesión se dio a largo plazo, a este paso al que vamos…

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