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Un paro de alto vuelo

Es importante que se llegue a un acuerdo, sin vencedores ni vencidos, en donde prime el bien común.

En breve, Colombia entrará en la temporada alta de vacaciones, cuando miles de familias después de un año de estudio y de trabajo parten hacia los sitios de descanso, dentro y fuera del país, o retornan a sus lugares de origen a pasar las fiestas decembrinas en compañía de los suyos. Ese es un ritual que hasta el momento se ha cumplido sin inconvenientes.

Sin embargo, en esta oportunidad existe un factor perturbador que para muchos podría significar un cambio intempestivo de planes. Se trata del paro de pilotos de Avianca que ya cumplió los 45 días, y en el horizonte no se avizora un panorama despejado, sino más nubarrones que dificultan la operatividad normal de la aerolínea y la prestación adecuada del servicio de transporte aéreo a los usuarios. 

Así lo acaba de advertir el Gobierno por intermedio de la ministra de Trabajo, Griselda Restrepo, cuando dijo que “estamos en una sin salida muy complicada”, luego de que renunciara uno de los miembros del Tribunal de Arbitramento.

Lo único cierto de este conflicto laboral, es que los perdedores son muchos, en las más diversas actividades, incluyendo los pasajeros. En esa larga lista de sectores que tendrán dificultades, se encuentra el del turismo, que en fin de año siempre tiene un buen comportamiento.

Y resulta lógico que si los aviones no cumplen los itinerarios previstos y los paseantes no llegan a los sitios de descanso, diversión y esparcimiento, pues los hoteles, los restaurantes, el comercio, los casinos y las discotecas arrojarán un saldo negativo en sus cuentas de diciembre. Ya Cotelco encendió las alarmas al advertir que la hotelería ha perdido $12.000 millones y que la huelga de pilotos provocó una caída en la ocupación, equivalente al 2,37 %, en septiembre.

Para los pasajeros, la huelga también equivale a un incremento en los costos de viaje, por dos razones. Ante la merma en el servicio que ofrece Avianca, los tiquetes que siguen en oferta los consiguen más caros que de costumbre. Y quienes se deciden a hacer el viaje por tierra, en vehículos intermunicipales, también ven aumentados sus gastos, porque emplean más horas en el desplazamiento a su destino y por los recursos adicionales que deben emplear en alimentación, por ejemplo. De acuerdo con las cifras conocidas, un total de 361.614 pasajeros han resultado afectados.

Ya la aerolínea también ha sufrido su impacto financiero por la decisión de 700 aviadores de no tripular los aviones de Avianca, hasta que no les cumplan lo exigido en el pliego de peticiones. Las pérdidas de la empresa ya superan los 80 millones de dólares, suma que sigue creciendo.

En medio de lo que ocurre, quedan sobre la mesa dos expresiones. En primer lugar, la ministra Retrepo cuando advirtió que ha faltado voluntad de Avianca y de los aviadores para solucionar el conflicto laboral entre la empresa y los pilotos. Y en segundo lugar el defensor del Pueblo con la notificación de que “clausurar las puertas a la construcción colectiva de soluciones no es un mensaje apropiado para la sociedad”, en un conflicto que afecta a miles de usuarios del transporte aéreo que no se pueden movilizar adecuadamente en Colombia.

Para beneficio del país, incluyendo a las partes que hoy están distanciadas, es importante que se llegue a un acuerdo, sin vencedores ni vencidos, en donde prime el bien común.

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Domingo, 5 de Noviembre de 2017
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