La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile

Una Cámara para todos

No se puede pasar por alto que es la primera vez que estalla un escándalo de estas proporciones en la entidad cameral.

Llegó la hora para que la Cámara de Comercio de Cúcuta sea sentida y palpada como una institución de todos los cucuteños y que lleve las banderas de la reconstrucción del tejido empresarial regional mediante planes y proyectos que generen empleo productivo y jalonen el desarrollo local.

Después de este sacudón generado por el caso de las alzas salariales entre el 15% y el 125%, siendo la más alta la del destituido presidente ejecutivo, que pasó a ganarse más del doble de su salario,  es el momento de fijar un nuevo rumbo.

No se puede pasar por alto que es la primera vez que estalla un escándalo de estas proporciones en la entidad cameral, donde también es histórico el hecho de que se produzca una acción de la Procuraduría en la que suspenda a ocho directivos, lo que generó la posterior destitución de Héctor Santaella de la Presidencia Ejecutiva. 

Uno de los hechos que causó preocupación, es que las determinaciones tomadas por la cabeza de la entidad y avaladas por la Junta Directiva generaron  un incremento de hasta $1.200 millones en los gastos del presupuesto de la institución, sin una aparente certeza real del ingreso futuro, con efectos sobre sus finanzas, como lo está investigando el Ministerio Público. 

Puede considerarse como una  rectificación del rumbo la determinación de reducir dicho sueldo a sus niveles previos, porque  es evidente que en una ciudad como la nuestra con problemas acumulados desde antes de que llegara la pandemia del coronavirus, un aumento de esas proporciones no fue de buen recibo. 

No puede desconocerse que la llegada de Santaella, generó un enfrentamiento entre los sectores que por años han ostentado el poder dentro de la institución, quienes perdieron protagonismo y  margen de maniobra. Sin embargo, las decisiones adoptadas en materia presupuestal y salarial terminaron empañando su gestión y los cambios que pudo realizar al interior de la entidad.

La Cámara de Comercio de Cúcuta debe pasar esa página y ponerse al frente de un programa de recuperación,  reactivación y generación empresarial en la ciudad y Norte de Santander, que sea incluyente, cuestión más necesaria aún en esta época.

La entidad debe constituirse en el laboratorio de oportunidades que estructure los planes de factibilidad para el desarrollo agrícola, industrial y comercial y que organice y convoque a la necesidad de pasar hacia la productividad, no solo con la venta de las materias primas si no también con su transformación, con el fin de que ese valor agregado genere puestos de trabajo formales y permita la conquista de mercados tanto en el país como en el exterior.

La Cámara de Comercio en alianza con la Alcaldía de Cúcuta, la Gobernación, la cooperación Internacional y los ministerios del ramo, tiene ahora esa gran misión de transformarse en la institución líder que conduzca a la región hacia un mejor futuro y donde todos los empresarios locales estén tan contentos con los resultados que arroja para el beneficio común, que ninguno quiera quedarse por fuera del registro mercantil.

Las grandes crisis siempre desembocan en grandes oportunidades y es la hora que la Cámara de Comercio de Cúcuta diga presente en favor de la ciudad y la frontera, que tienen un  gran capital humano y un reservorio de oportunidades, muchas de ellas aún por explorar.

Image
La opinión
La Opinión
Jueves, 2 de Julio de 2020
Premium-home
Patrocinado por:
Logo Empresas
Temas del Día